Música y cine de calidad bajo un mismo espacio y tiempo. La Orquesta Filarmónica de España, dirigida por el gijonés Mariano Rivas, le puso música ayer en el teatro Jovellanos a la película "Luces de la ciudad", en un proyecto peculiar y de una dificultad técnica considerable al coordinar los acordes de los metales, la batería, el saxo o los clarinetes de la Filarmónica con las escenas de una de las películas que han hecho historia.

"Nuestra idea era un mezclar un poco los dos géneros para acercar la gente al teatro y combinar dos necesidades culturales paralelas, como son las de los cinéfilos y melómanos", explica Mariano Rivas, que espera que esta experiencia se repita más veces en el futuro: "Se hace música barroca, clásica y muy contemporánea, pero sin embargo no se hacen conciertos de este tipo". Y son conciertos que también hacen afición.

El público del Jovellanos disfrutó del medio centenar de músicos de la Orquesta Filarmónica de España, entre ellos algún asturiano, a ritmo de blues, y con música ambiente en los años veinte y treinta del siglo pasado. "Chaplin era el rey del cine mudo, era también músico y compuso su propia música en sus películas", explica Rivas, que disfrutó con el público en una obra que, según el director gijonés, "se lo pasó en grande porque es una obra de una emotividad y sensación indescriptible". Definida como una "comedia romántica en pantomima", "Luces de la ciudad" es una obra de referencia en la historia del cine. El proyecto de cine musical llegó a Gijón de la mano de una formación nacida en Madrid hace cuatro años que tiene como objetivo multiplicar el amor por la música.