El pabellón de la Feria de Muestras volvió a ser ayer un mar de piezas y mecanos. Los necesarios para crear un robot, programar sus movimientos para que accione un molino eólico o crear un chip que desconecte toda la electricidad de una casa en caso de incendio. Esos eran algunos de los proyectos en los que se implicaron los más de dos millares de alumnos de centros educativos asturianos que este fin de semana participaron en la feria Robotix, una iniciativa que buscaba acercar a los más pequeños al mundo de la ingeniería, la informática o la programación.

El objetivo es que los jóvenes aprendiesen a trabajar en equipo y pensar con lógica, como asevera Jalid Lahik, de 11 años, quien asegura haber aprendido a "visualizar el recorrido que debía hacer el robot para programar sus giros", o Daniel Álvarez, de 14, quien creó una casa a la que "fuimos añadiendo sensores, como el que enciende la luz al detectar poca luminosidad". La cantera de ingenieros asturianos está asegurada.