La compañía gijonesa "Saltantes Teatro", grupo que nació en 2013 de la complicidad de dos inquietos activistas de la escena asturiana, Luis Alija y Nerea Vázquez, da los últimos matices a "La canciones que les cantaban a los niños", la pieza que el muy premiado autor gallego Raúl Dans (La Coruña, 1964) ha situado en el mundo del final de la banda terrorista ETA. Este proyecto, al que se le ha concedido una de las residencias para la producción de la pieza en el teatro de Laboral Ciudad de la Cultura, se estrenará el próximo sábado 20 en el Campoamor, en Oviedo.

"Estamos ante una tragedia contemporánea", afirma Nerea Vázquez. Dada su condición de cantante todoterreno, junto a la de actriz, deja claro que no se trata de un musical pese al título elegido por Dans. La obra logró hace dos años el premio "Jardiel Poncela" que concede la Sociedad General de Autores de España (SGAE). "El contexto es el derivado de los atentados de ETA, pero lo que se aborda es la relación entre padres e hijos, la reparación", dice Luis Alija.

Los fundadores de "Saltantes Teatro", que encarnan a la hija de una terrorista y al hijo de una víctima, se han rodeado de los más sólidos intérpretes del teatro asturiano: Ángeles Arenas y Sandro Cordero. Cuenta Nerea Vázquez, a pie del escenario de la Laboral, que Juan Mortera iba a dirigir inicialmente la pieza, pero un problema de salud ha puesto las riendas en manos de Cristina Suárez.

Dos núcleos familiares heridos por un pasado que corresponde a los años de plomo en el País Vasco, pero que trasciende el contexto espacial e histórico para entregar una metáfora son la complicación de las relaciones humanas. "Es el público quien ha de decidir si la redención es posible o no", subraya Sandro Cordero, que encarna a Miguel, padre y editor viudo que perdió a su mujer en un atentado. El actor y Ángeles Arenas consideran que la principal dificultad que ofrece su interpretación es la "contención", envainar las emociones. Nerea Vázquez opina, por su parte, que su personaje ofrece el reto de los sentimientos extremos.