El amarillo de sus pétalos destaca sobre el tapete de hierba verde. Se trata de la "Arctotheca calendula", comúnmente conocida como margarita africana, y es una especie invasora, de origen sudafricano, muy presente en la costa asturiana. Es difícil de erradicar, y se propaga gracias al viento, y a la acción de los animales y del hombre. Ayer, esta colorida planta se convirtió en uno de los objetivos del medio centenar de voluntarios que, a lo largo de la mañana, trataron de librar al arenal de Frexulfe y su entorno de especies alóctonas. Se conmemoraba, de esta forma, el Día Europeo de la Red Natura 2000.

Se cumplen 25 años desde la aprobación de la Directiva Hábitats, que sentó la bases para crear la actual red europea de espacios naturales protegidos, a la que pertenece, entre otros, la playa naviega de Frexulfe. Manuel Calvo, director general de Recursos Naturales, destaca la importancia de proteger estas zonas, desterrando de ellas las especies invasoras: "La presencia de estas plantas es un índice de disminución de la biodiversidad. Pueden causar un desplazamiento de las especies autóctonas, competir con ellas, y crear problemas, como cambiar los perfiles de los suelos", explicó en el propio arenal.

De entre todas las especies llegadas a los ecosistemas de la región, la más peligrosa es el plumero o hierba de la Pampa, "por la dispersión que tiene a lo largo de las infraestructuras" y por lo difícil de su control, según subrayó Calvo, que también citó a la uña de gato, que se extiende desde el País Vasco hasta Galicia, por toda la costa cantábrica. "Y tenemos otras que, aunque no son tan negativas, también crean problemas, como la espartina, que evita que salgan otras especies locales; hay una competencia total", remarcó el director general.

En la jornada participaron, además del personal del Principado y miembros de la plantilla municipal, escolares del colegio Santo Domingo de Navia, buscando con ello realizar una actividad de educación ambiental.

Los jóvenes trabajaron sobre el terreno reconociendo las zonas afectadas, calculando su superficie, y, finalmente, eliminando las plantas. "Es una acción muy necesaria porque así estamos ayudando al crecimiento de las especies autóctonas", apuntó la alumna Marina García, muy concienciada sobre esta problemática.

La jornada de voluntariado contó, además, con la colaboración de Cogersa, que aportó material. El gobierno local agradeció la iniciativa: "La gente debe darse cuenta de que las plantas invasoras son peligrosas para nuestro ecosistema", remarcó Cruz Fernández, teniente de alcalde.