"No tenemos ni idea de cómo dotar de sentido común a las máquinas y ésa es la gran diferencia entre ellas y el cerebro humano". Así lo explicó ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA Ramón López de Mántaras, profesor de Investigación y director del Instituto de Inteligencia Artificial del CSIC, en el debate "Redes neuronales versus redes computacionales, ¿cerebro o chip?", del ciclo Controversias Científicas, organizado por el CSIC-Instituto Nacional del Carbón (delegación en Asturias), la Universidad de Oviedo con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología y LA NUEVA ESPAÑA.

López de Mántaras explicó que los "cerebros" de los robots se asemejan a cajas negras que ejecutan órdenes, "pero no entienden nada de lo que están haciendo, no saben lo que es ganar ni perder".

El científico defiende que la inteligencia depende del cuerpo en el que está situada. "Tenemos unos sensores que nos permiten percibir el mundo e interactuar con él. El cuerpo predetermina y conforma la inteligencia que ese cerebro va a desarrollar".

En la mesa, moderada por Enric Trillas, expresidente del CSIC y profesor emérito honorífico de la Universidad de Oviedo, intervino también Alfonso López Muñiz, decano de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Oviedo, quien pronosticó que el crecimiento de la inteligencia artificial acarreará grandes ventajas en el conocimiento del cerebro. "La redes neuronales no se diferencian tanto de las redes informáticas, pero el cerebro trabaja mucho más rápido", indicó.

Liset Menéndez de la Prida, investigadora del Instituto Cajal del CSIC, opinó que las redes artificiales no son más que una imitación de las humanas. "La capacidad del cerebro es inmensa y puede superar a la de una máquina. Se trata de ver si podemos ser dominados por algoritmos artificiales, que son mejores para resolver algunos problemas, mientras que en otros casos son más apropiadas las redes biológicas".

Ana Navarro Incio, catedrática del departamento de Morfología y Biología Celular de la Universidad de Oviedo, explicó que las neuronas se comunican unas con otras a través de la física. "Son unidades muy complejas, dinámicas y plásticas y aunque no está muy claro, funcionan de forma analógica, y no digital, como las redes neuronales artificiales".