La escritora ovetense Mónica Rodríguez (1969) acercó ayer a los alumnos del colegio Santo Ángel de Avilés el drama de la emigración con su novela "Alma y la isla" (premio Anaya de literatura infantil y juvenil de 2016), un relato estimulante y educativo sobre valores como la concordia y la disposición para acoger a quienes huyen de sus países por cualquier circunstancia, casi siempre la violencia, la injusticia o el hambre, o una combinación de todas ellas. El libro gira en torno a la relación -nada fácil al principio- de Alma, una niña etíope acogida por una familia de pescadores de Lampedusa, y Otto, el más pequeño de los niños de la casa. El acto, que sirvió para sensibilizar a los escolares sobre las penurias que pasan otros niños de su misma edad, fue una iniciativa de Amnistía Internacional.