Basta con una botella de plástico y una buena dosis de imaginación y cualquiera puede ser Messi, Ronaldo o cualquier astro del fútbol. Así sucedió en los campos de refugiados de Haití, donde los niños pequeños se conformaron con botellines en lugar de balones para sentirse campeones del mundo. En Gijón, de la mano del colegio La Corolla y de la profesora Sonia Segarra, una llamada a la solidaridad ha engendrado un juego con normas basadas en la paridad, sin entrenador y que se desarrolla con una agilidad sorprendente. Y que, además, tiene un importante trasfondo de ayuda y de ponerse en la piel del otro.

Segarra vio en el Festival de Cine de Gijón el corto "Haití TABLO A", de Mario Torrecillas, en el que se relataba precisamente cómo los pequeños refugiados imaginan un mundo mejor a través del juego con lo que tienen a mano, y decidió que "había que hacer algo".

Ese "hacer algo" se ha traducido en una actividad constante a lo largo de todo el curso, con los niños investigando, proponiendo y creando actividades hasta llegar a un mundial de fútbol botella en el que ayer participaron en el Palacio de los Deportes de la Guía 350 alumnos de los colegios La Corolla, Begoña, Cervantes, Elisburu y Jacinto Benavente. Durante tres horas pusieron en práctica tan singular deporte, además de disfrutar con múltiples actividades. Además, durante el curso consiguieron recaudar 1.600 euros que Oxfam Intermón repartirá entre proyectos educativos de países en los que la infancia es más vulnerable, como Eritrea, Yemen, Sudán del Sur o el propio Haití.

Y para culminar las acciones, de momento, presentarán el viernes un juego para teléfonos móviles creado en colaboración con la Fundación CTIC que consiste en el lanzamiento de penaltis de fútbol botella. El trabajo ha llevado meses y ha sido intenso, pero como avanzan los colegios implicados, no se acaba con el campeonato iniciado ayer. "Esto es un primer paso, seguiremos dando más", desvela Sonia Segarra.

Ayer, los niños fueron los protagonistas en el mundial de tan singular modalidad futbolera. Pero la campeona, por goleada solidaria, fue Haití.