Noreña abrió ayer las fiestas del Ecce Homo con el acto de lectura del pregón en la sala polivalente, a cargo del cantante y expresidente de la Sociedad Noreñense de Festejos (Sonofe) Tino Fombona. Antes de su intervención, tuvo lugar el nombramiento de las nuevas reina y reina infantil de las fiestas, Nara Teijeiro y Carlota García, respectivamente, a las que coronaron sus predecesoras, Sheila Suárez y Lucía Carrio.

Además, la autora del cartel de las fiestas de este año, Lucía Espina Nieto, de 10 años, recibió un reconocimiento por su buen trabajo, de manos de la concejala y presidenta de Sonofe, Ana González, que valoró el trabajo que muchos noreñenses han estado haciendo para sacar las fiestas adelante.

Tino Fombona dijo atestiguar, por sus actividades musicales, no solo en Asturias, sino también en Galicia, Cantabria, Castilla y León, La Rioja y el País Vasco, "que nuestras fiestas, dedicadas a Jesús Nazareno, con motivo de la Exaltación de la Santa Cruz, son de primerísimo orden, tanto en el aspecto religioso como en el profano, lúdico o folixero, como lo queráis llamar".

Pero quiso dejar claro que "la piedra angular de esta fiesta es, pese a quien pese, el aspecto religioso, sin que éste reste brillantez a la fiesta profana, pues las dos se complementan".

Destacó, asimismo, el auge que ha cobrado en los últimos tiempos la bajada del "Santu", la procesión desde la capilla de La Soledad hasta la iglesia de Santa María. Aquellas procesiones "domésticas", en las que participaban pocos fieles, con el tiempo han dejado paso a otras multitudinarias, y a su juicio, "una de las causas habría que buscarla en el acierto de la Cofradía de Jesús Nazareno de dirigirla desde la iglesia parroquial con rezos y cantos religiosos, a través de un sistema megafónico".

También recordó la procesión del día grande de otros tiempos, encabezada por un grupo de la Guardia Civil a caballo.

Con respecto a la parte profana, destacó el trabajo de creación de Sonofe y valoró, durante su presidencia, "la suerte de contar con un equipo directivo que no se quedó atrás, en cuanto a dedicación y sacrificio, de nuestros predecesores, trabajando a fondo para intentar, como mínimo, mantener el listón que habíamos heredado de directivas anteriores". Fombona terminó su pregón con una canción compuesta por Pepín El Castañeru sobre las fiestas del Ecce Homo, cuyo final fue perfecto para la conclusión: "Viva Noreña la tierra mía/ viva Noreña toda la vida".