Teresa Tapadas, una las voces contemporáneas del fado, emocionó ayer a Bueño con un recital en el que repasó los diferentes estilos de la tradicional canción portuguesa y dejó claro que el sentimiento musical traspasa fronteras e idiomas. Acompañada a la guitarra por Xaime Martins y a la viola por Luis Ribeiro, Tapadas demostró las razones por las que, pese a su juventud, lleva camino de convertirse, si no lo es ya, en una de las grandes figuras de la historia del fado.

El recital, organizado por la Asociación Cultural de Bueño, se había programado inicialmente para la plaza de la localidad, coqueto escenario que tuvo que ser sustituido por el centro cultural de las antiguas escuelas debido a la otoñal temperatura y a la amenaza de lluvia. El sitio resultó menos lucido, pero no rebajó la calidad del acto, en el que se fueron mezclando los fados de Tapadas con la poesía de la asturiana Ana Rosa Fernández, que se confesó impresionada por las canciones de la portuguesa, que hasta consiguió que el público que llenó la sala le acompañara en el estribillo de alguno de los temas que interpretó.

Natural de Torres Novas, Tapadas empezó su carrera de fadista a finales de 1994, tras haber formado parte del grupo folclórico de su tierra. El interés por esta canción tradicional le llegó cuando escuchó por primera vez a Amália Rodrigues y a Teresa de Noronha, a las que no duda en incluir entre sus grandes maestras. Pese a que no llega a los 40 años de edad, la protagonista del recital de ayer en Bueño ya sabe lo que es cantar junto a "grandes" como Antonio Pinto Basto, Margarida Bessa o Carlos Zel. Con tres discos de fado publicados, la confirmación absoluta de Tapadas llegó en 2000, año en el que fue distinguida con el premio "Revelación" de la Casa de la Prensa en la "Gran noche del fado" de Oporto. A finales de 2004 publicó su primer álbum con temas originales. "Mi grano de paraíso" fue el título escogido.

La poetisa Ana Rosa Fernández es una reconocida escritora sotrondina que, entre otras distinciones, cuenta con el premio internacional de poesía "Ateneo Jovellanos". Ayer, intercaló sus poemas entre fado y fado, acompañada por la guitarra de Martins y la viola de Ribeiro, en un recital que se extendió durante casi dos horas y que entusiasmó al numeroso público asistente.