La Noche Blanca generó una "satisfacción generalizada" a los organizadores y también a los ovetenses, al menos a tenor de la imagen que ofreció la ciudad, con calles repletas, escenarios a rebosar y kilómetros de colas entre todos ellos. La Fundación Municipal de Cultura estima que la participación en las 61 actividades, desarrolladas en su mayoría en el casco urbano de Oviedo, pero también en otras localidades del concejo, congregaron entre las cinco de la tarde del sábado y las cuatro de la madrugada del domingo a 35.000 personas. El concejal de Cultura, Roberto Sánchez Ramos, destacó ayer estas cifras, "las colas inmensas" que se formaron a las entradas de varios de los escenarios y abrió la puerta a valorar la posibilidad de ampliar a dos jornadas la edición del próximo año.

La actividad más concurrida fue la proyección acerca de los 125 años del Campoamor sobre la propia fachada del teatro. La obra del escenógrafo Luis Antonio Suárez fue presenciada por "no menos de 6.000 personas", según fuentes de Cultura, pues la secuencia de media hora fue objeto de varios pases consecutivos desde las doce menos cuarto de la noche del sábado hasta pasadas las tres de la madrugada.

Hubo otros dos escenarios que incluso superaron las expectativas generadas. Los tres pases de la actividad "Películas recontadas" y el proyecto expositivo "Rapsodia 2.1", que tuvieron lugar en la antigua fábrica de armas de La Vega contaron con un total de 5.000 asistentes, la misma cantidad contabilizada ayer en el Museo de Bellas Artes. Los datos del Museo Arqueológico, con 2.700 visitantes, confirmaron el gran tirón durante la Noche Blanca de los dos principales equipamientos museísticos de Oviedo.

Otros escenarios del centro de Oviedo registraron las principales concentraciones de la jornada. El recital del coro de la Ópera de Oviedo fue seguido por 2.000 personas en la plaza del Ayuntamiento. La plaza de la Catedral atrajo a 1.800 personas interesadas en su Retablo Mayor y el teatro Campoamor llenó sus más de 1.300 butacas para el desfile de moda de los diseñadores Miguel Marinero, Hannibal Laguna y Agatha Ruiz de la Prada a las que hay que sumar alrededor de otras 500 personas que accedieron puntualmente, aprovechando la rotación de los asientos que algunos iban dejando vacíos.

Asimismo, varias de las actividades promovidas con un límite de plazas pusieron el cartel de completo ante la elevada demanda ciudadana. Las propuestas del Teatro Filarmónica, los colegios de arquitectos y abogados, la sede de Telefónica y las dependencias de la Fundación Princesa fueron sólo alguno de los ejemplos de los recintos que, debido a su éxito, tuvieron que cerrar antes de lo previsto el acceso, en buena parte gestionado mediante las inscripciones realizadas en los días previos.

Roberto Sánchez Ramos marcó ayer algunas pautas que tiene pensado seguir para el próximo año. "Buscaremos más participación, más proyectos y seguir implicando a la gente", anunció el concejal, que admitió que entre los temas que se valorarán próximamente está la posible ampliación del programa cultural de la Noche Blanca. "Estudiaremos si hacemos una o dos noches o incluso otras propuestas", declaró el concejal de Cultura.