"Las librerías de Oviedo fueron pioneras en la publicidad", empezó ayer Alberto Polledo su conferencia sobre la publicidad y el comercio en Oviedo, entre 1880 y 1980. Aún antes, en el año 1840 el propietario de la desaparecida librería Santa Teresa, erudito y escritor, tiene localizados anuncios de establecimientos de venta de libros en las calles Rúa, Herrería y San Antonio. Esa fue una de las curiosidades de las que habló Polledo durante su charla, la primera de la nueva temporada del ciclo con el que la Asociación de Vecinos del Oviedo Antiguo conmemora su 50º aniversario.

El escritor dio un repaso a la historia de la publicidad en Oviedo desde finales del siglo XIX, mostrando a través de proyecciones algunos de los anuncios más singulares -como el de "La Victoria", que proveía de sotanas a los muchos sacerdotes que por entonces había en la ciudad- y significativos -como el de "Al Pelayo", cuando aún estaba en la calle Altamirano. En aquellos años, explicó, el comercio local se concentraba en el Oviedo redondo y fue más tarde, ya entrado el siglo XX, cuando el foco comercial se traslada a la calle Uría.

El presidente de la asociación vecinal del Antiguo, Juan García, abrió el acto, que tuvo lugar en el salón de actos de la Biblioteca de Asturias. Explicó que con el ciclo de conferencias iniciado el pasado mes de marzo pretende "retomar el fin cultural para el que fue creada", antes de volcar todos sus esfuerzos en la lucha contra el ruido y los desmanes de los bares de la zona.

García presentó a Alberto Polledo como a una "persona insustituible para conocer Oviedo", que contempló el devenir de la ciudad desde su céntrica y frecuentada librería, a la que se refirió como "una atalaya" y un "templo de la cultura".

"Un siglo de publicidad en Oviedo, 1880-1980. El comercio ovetense", el título que Alberto Polledo eligió para su conferencia, da cuenta, a través de los anuncios exhibidos en la calle o publicados en la prensa, de la vida cotidiana y la actividad económica de la ciudad en esas décadas.

"La publicidad es un fiel reflejo de la sociedad de cada época", hizo ver Polledo. "Es un retrato de lo que somos y lo que fuimos, y de lo que consumimos", añadió. De hecho, dijo, "los comerciantes, a través de la publicidad, comienzan a moldear cerebros, vidas", conduciendo a los ciudadanos hacia una sociedad de consumo.

El estudioso de la historia local mostró a su audiencia los primeros anuncios de la librería Ojanguren, cerrada recientemente; del balneario de Las Caldas, de amas de cría, de joyerías e imprentas y de fábricas de chocolate, que abundaban en el Oviedo de la época.

Polledo tuvo un reconocimiento explícito para la cronista oficial de la ciudad, Carmen Ruiz-Tilve, de cuyas publicaciones tomó algunos de los datos que utilizó en su conferencia.