J. M. / A. R.

Nueve años después, la historia vuelve a repetirse y el teólogo Juan José Tamayo -autor de obras polémicas para la Iglesia española, como «Dios y Jesús», «Islam, cultura, religión y política» y la más reciente «Otra teología es posible»- se enfrenta a un nuevo veto del Arzobispado asturiano. La organización Cristian@s de Base de Asturias lo había invitado para cerrar el sábado, en la Casa de la Iglesia de Gijón, los XXIV Encuentros de debate que arrancan mañana y que están centrados en «Los fundamentalismos». Sin embargo, una instrucción de la que ayer tuvieron conocimiento los organizadores de los encuentros niega tajantemente el uso de espacios del Arzobispado para albergar la charla de Juan José Tamayo.

En esta ocasión Jesús Montes Sanz, arzobispo de Oviedo -como ya hiciera Carlos Osoro en 2003- sigue el camino del veto a Tamayo abierto recientemente en otras diócesis españolas por arzobispos y cardenales como Rouco Varela (Madrid) o Sistach (Barcelona). En todos los casos se han venido repitiendo los argumentos que en 2003 diera la Congregación de la Fe de la Conferencia Episcopal Española, al advertir de que la trayectoria, publicaciones y manifestaciones del director de la cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid «le apartan de la comunión eclesial, circunstancia incompatible con la condición de teólogo católico».

«Estamos indignados. ¿Cómo no vamos a estarlo? A estas alturas no nos lo esperábamos. ¿A qué Dios o qué Iglesia creen que seguimos?», lamentaban ayer integrantes de Cristianos de Base de Asturias, que hoy mismo mantendrán una reunión para formalizar una postura de rechazo a la posición del Arzobispado. El veto, además, deja a los organizadores con poco tiempo para buscar un nuevo local al que llevar las tres charlas que se habían organizado: mañana, jueves, la de Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia; el viernes, la del sacerdote y sociólogo Avelino Seco, y el sábado la de Tamayo, cuya conferencia se titula: «El diálogo interreligioso, alternativa a los fundamentalismos».