Luanco,

Illán GARCÍA

La exposición del «Titanic» que ya se puede visitar en el Museo Marítimo ha devuelto la ilusión a su director, José Ramón García. «Ahora vamos a tener hasta colas por la cantidad de personas que nos llamó para concertar una visita», manifestó, ilusionado, García. «El "Titanic" despierta mucha expectación», añadió.

Decenas de colegios asturianos ya se han puesto en contacto con el centro museístico de la calle Gijón de Luanco para visitar el centro y ayudar a mitigar la crisis económica que atraviesa. «No sólo han sido colegios los que nos han concertado cita sino pequeños grupos de asociaciones y familias», señaló el director del centro luanquín, que añadió: «Hay días que no podemos recibir más personas para que la exposición se pueda ver sin prisas ya que hay que atender a las fotografías y al video de la muestra».

El pasado domingo, el Museo Marítimo ya contó con muchos más visitantes de los habituales. Si, habitualmente, visitan el centro una media de 10 personas durante la mañana del domingo, hace dos días, el número de visitantes se aumentó hasta cincuenta.

José Ramón García explicó además que los alumnos que participarán en las visitas a la exposición podrán realizar con sus propias manos una maqueta del «Titanic» de madera. «La pieza entera se compone de unas diez piezas que los niños unirán con pegamento y, posteriormente, pintarán con un pincel, una vez que el trabajo esté acabado, los pequeños podrán llevárselo a casa», explicó el director del Museo Marítimo. «Somos el único museo que realiza este tipo de talleres con los niños», añadió.

La exposición del «Titanic» ocupa unos doscientos metros cuadrados en la segunda planta del centro luanquín. La muestra describe con todo lujo de detalles la historia de este malogrado barco que naufragó un 15 de abril de 1912 y que ha dejado tras de sí multitud de imágenes. La exposición se divide en tres salas. La primera de ellas se centra en la fase de construcción del barco, en el cambio de las navieras que habían dejado de construir barcos de vela para confeccionar barcos de vapor. La segunda parte se centra en mostrar el interior del barco que emula a un palacio flotante con sus tripulantes y pasajeros, que partieron del sur de Inglaterra y que no pudieron llegar a su destino final, Nueva York, tras el choque con un iceberg en aguas de Terranova. La tercera parte de la exposición muestra el hundimiento, el rescate de los supervivientes además de repasar la filmografía que narra el naufragio.