Fallece Ángeles Quirós, alma máter del restaurante Casa Gerardo, a los 97 años

Madre de Pedro Morán y abuela de Marcos, que lograron la Estrella Michelin para el restaurante, fue una cocinera adelantada a su tiempo, que reformuló el recetario tradicional con enorme éxito

“En los años 70, Asturias tenía una de las mejores cocineras de España y nadie se enteraba salvo los de aquí”, dice con orgullo su nieto

María Ángeles Quirós Fernández cocinando, en una imagen de archivo cedida por la familia Morán.

María Ángeles Quirós Fernández cocinando, en una imagen de archivo cedida por la familia Morán. / foto cedida por la familia Morán

María de los Ángeles Quirós Fernández, alma máter del restaurante Casa Gerardo en Prendes (Carreño) y madre y abuela, respectivamente, de los cocineros Pedro y Marcos Morán –quienes ostentan una Estrella Michelín–, falleció ayer, sábado, a los 97 años tras haber escrito páginas de oro de la historia de la cocina y de la gastronomía asturianas a base de trabajo constante y de una enorme pasión por continuar la tradición y, al mismo tiempo, evolucionar e innovar ante los fogones. 

Su nieto, el cocinero Marcos Morán, explicó ayer a LA NUEVA ESPAÑA que su abuela fue una adelantada a su tiempo y que, por ello, no había sido reconocida en su momento como se merecía. «Mi abuela nació 30 o 40 años antes de lo que le tocaba; con la capacidad profesional que tenía, hoy estaríamos hablando de ella como uno de los 20 mejores cocineros del mundo y, además, siendo mujer; aparte del tremendo nivel humano que tenía», señaló. Y añadió: «Era un máquina perfecta de cocinar, cogió el recetario tradicional y lo reformuló, pero con un respeto muy grande. Cambió la forma de preparar la fabada, afinándola, con la que triunfó, una fabada más actual, y lo mismo con el arroz con leche, cremoso y único. En los años sesenta, Asturias tenía una de las mejores cocineras de España y nadie se enteraba, salvo los de aquí».

También destacó Marcos Morán el carácter afable y cercano de su abuela: «Sabía mandar sin ofender, desde el respeto. Era una mujer con una bondad tremenda, no oirás nunca a nadie hablar mal de ella. Tanto ella como mi abuelo Manuel eran muy buenas personas». La nostalgia le invade al rememorar cómo, cuando era niño, la observaba trabajar en la cocina. «Para mí era hipnótico ver cómo cocinaba, con aquella alegría, con aquella pasión. Lo hacía con tanto gusto que parecía que no estaba trabajando. Tenía una fuerza impresionante, era increíble ver a aquella mujer que apenas pasaba del metro sesenta mover ollas enormes. No hay nadie en el mundo que haya cocinado más kilos de fabes que mi abuela», asegura con orgullo.

En el mismo sentido se manifestaba el chef Luis Alberto Martínez, al frente de Casa Fermín en Oviedo y amigo de la familia. «Geles siempre me pareció una mujer extraordinaria. Fue una cocinera espectacular, una mujer innovadora que no recibió en vida el reconocimiento público que se merecía. Es una pena que se hable de sus maravillas cuando fallece», indicó Martínez. Y, a renglón seguido, precisó: «Fue una mujer que rompió moldes, una gran cocinera que, si hubiera sido hoy cuando hubiera hecho todo lo que inició en su momento, todo el mundo la habría puesto por las nubes. Para mí fue siempre una gran mujer como cocinera, como madre, como abuela y como bisabuela. En mi opinión, Geles tiene un papel muy importante en la nueva cocina, esa cocina más moderna dentro de la cocina tradicional asturiana».

José Luis Álvarez Almeida, presidente de OTEA –patronal de la hostelería asturiana–, también destacó el trabajo y la personalidad de la fallecida. «Era una paisana de raza, que representa todo lo que es el orgullo de la mujer trabajadora y luchadora. Una adelantada a su tiempo. Ahí está su innovación en la fabada, una innovación que nació en los fogones más humildes. Yo creo que si Asturias está en el mapa mundial de la gastronomía es gracias a lo logrado por mujeres como ella». 

Almeida tuvo un recuerdo, a través de la persona de Ángeles Quirós, para todas las mujeres que, en aquellos años, sacaron adelante sus bares y restaurantes en Asturias: «Me quedo con el recuerdo de una gran trabajadora y una mujer que no tuvo miedo a nada a la hora de innovar. Tenemos que reconocer a estas mujeres de entonces, las de antes, por todo lo que hicieron en tiempos mucho más difíciles que ahora. La historia de Asturias se construye sobre personas como ella».

El funeral por su eterno descanso se celebrará hoy, domingo, a las 18.30 horas, en la iglesia de Santa María de Prendes.

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