Conmoción en Cangas del Narcea por la muerte del trabajador de la pirotécnica en la explosión: "Estaba loco por sus hijas, lo más importante para él"

Modesto Guerra, fallecido en la explosión, sobresalía por su carácter abierto y su dedicación a la familia

Grave explosión, con un fallecido, en una empresa pirotécnica de Cangas del Narcea

Christian García

La localidad de Cangas del Narcea amaneció ayer con el susto en el cuerpo tras la explosión ocurrida en la empresa Pirotecnia Pablo, en Vallinas, en la cual falleció el trabajador Modesto Guerra, de 42 años. Natural de Bimeda –una parroquia a escasos diez kilómetros de Cangas– y residente en la capital canguesa desde joven, la víctima se encontraba en el interior de una caseta en la que desarrollaba sus labores diarias.

Modesto Guerra atesoraba un gran afecto en la localidad. "Esta mañana estuve tomando un café con él antes de ir a trabajar, era conocido por todos y muy apreciado", comentó a LA NUEVA ESPAÑA un trabajador de una empresa cercana al lugar del suceso.

Modesto Guerra deja mujer y tres hijas. Llevaba largo tiempo trabajando en Pirotecnia Pablo, empresa para la que trabajó en dos etapas distintas, según los testimonios recabados. De ellos se infiere también que el fallecido era una persona muy cercana a los vecinos.

Pese a estar durante muchos años vinculado laboralmente a la pólvora, además de residir en una localidad especialmente relacionada con ella, Modesto Guerra no era especial aficionado a la festividad de la Descarga canguesa. Según explicaron algunas personas consultadas, no formaba parte de ninguna de las peñas de la localidad. Lo suyo, aseguraron, era sobre todo la caza, una pasión que le encandilaba "desde que era guaje". Para poder disfrutar de ella, contaba con varios perros. Fueron sus fieles compañeros en cada jornada de montería. Los animales, comentaron, están en una finca cercana a la parcela donde se produjo el accidente.

Aunque residía en Cangas del Narcea desde joven, Modesto Guerra era natural de Bimeda, lugar donde su padre, un minero jubilado, adquirió una vivienda a la que el fallecido acudía con su familia con asiduidad. "Solía venir cada poco con su mujer y sus hijas", comentó un vecino del lugar que conocía a la víctima "desde que era un chaval". "Siempre ha sido una persona muy simpática y muy preocupada por los suyos, familiares y amigos", destacaron los consultados. Y añadieron: "Estaba loco por sus hijas, eran lo más importante para él".

El alcalde de Cangas del Narcea, José Luis Fontanilla, explicó que no tenía una relación personal con él, pero que "lo conocía desde hace años". "Somos una localidad pequeña", comentó. El regidor acudió por la mañana a la finca de Pirotecnia Pablo, donde pudo recibir de primera mano las primeras informaciones de los servicios de emergencias.

Vecinos de la zona de Vallinas comentaron a LA NUEVA ESPAÑA que los trabajadores de la empresa destacan por ser "gente muy amigable". Uno de los residentes cercanos señaló que, a pesar de no tener relación personal con él, ocasionalmente charlaban en las inmediaciones de la finca y en cafeterías cercanas "donde paran a desayunar". "Te sobrecoge saber de su pérdida", concluyó.