Se ha retrasado más de la cuenta, diez años, pero finalmente el célebre detective noruego Harry Hole, creado por el escritor Jo Nesbo y protagonista de siete libros, ha llegado a las pantallas, dejando constancia del fenómeno provocado por la novela negra escandinava desde el boom de ´Millenium´, la saga del novelista sueco desaparecido Stieg Larson.

Lo ha hecho con capital europeo, sobre todo británico y sueco, y con estimables resultados, aunque en este sentido ha faltado un toque más de brillantez y de emoción en los fotogramas para que la operación hubiera quedado perfecta. Algo que hay que atribuir a la dirección de un Tomas Alfredson, un veterano cineasta nórdico del que en España solo se han visto en los cines dos películas, ´Déjame entrar´ en 2008 y ´El topo´ en 2011. Aunque el comienzo es, por un lado, apasionante, consolidándose a medida que se hace realidad un inquietante y a la vez terrible caso criminal, y por otro espectacular, con unos paisajes nevados y otros de la ciudad de Oslo, que conforman un cuadro precioso, a este interesante prólogo le hacían falta unos diálogos más vibrantes y unos personajes, aunque están bien definidos, más auténticos. Esa puede serla causa que haya, en la segunda mitad sobre todo, algún punto muerto que, sin embargo, no in- fringe demasiado daño al relato. Sin olvidar, desde luego, la magnífica interpretación de Michael Fassbender en el papel de Hole. El arranque del caso criminal tiene todos los elementos específicos de la literatura negra y su principal combustible no es otro que la crisis profesional del detective Hole, contemplado desde una óptica policial pero también humana, que le obliga a recurrir a alguno de sus colegas para poder seguir adelante.

El problema, como dice uno de ellos, es que Oslo es una ciudad con un ínfimo nivel de asesinatos. No obstante, el expediente que se abre llega llovido del cielo, ya que el cadáver de una mujer que había desaparecido aparece sobre las primeras nevadas del invierno y no muy lejos de un misterioso muñeco de nieve.

Es el punto de partida de una sucesión de crímenes que hacen pensar en un psicópata.