Cae en todos los defectos habituales de la película «basada en una historia real» y tiene, en este sentido, una estructura y un diseño más propios de un telefilm, con dosis masivas de edulcorantes narrativos que dañan su credibilidad y que conducen inevitablemente a un arsenal de tópicos.

De ahí que este producto familiar, con mensaje incluido, resulte a la vez empalagoso y aburrido y no saque partido alguno de una historia de coraje y de fuerza de voluntad, la de una adolescente practicante de surf, Bethany Hamilton, que pasó por el terrible trance de perder un brazo por el ataque de un tiburón tigre y logró volver a la actividad deportiva poco después utilizando solo el otro. Tampoco la interpretación es precisamente loable y solo Helen Hunt se salva de la debacle, especialmente evidente en el caso de Dennis Quaid. La actriz que encarna a Bethany, Anna Sophia Robb, se esfuerza sin mucha fortuna.

Eso sí, la banda sonora, tanto las canciones seleccionadas como la partitura de Marco Beltrami, es espléndida. El caso de Bethany es ciertamente admirable, puesto que parecía imposible que con semejante minusvalía no sólo pudiera montarse de nuevo en la tabla para cabalgar sobre las olas, sino que incluso logró conquistar de nuevo relevantes trofeos.

Es cierto que vivía de lleno para esta afición, en el marco de unas islas Hawai que son muy propicias para esta práctica, y que su vida y la de su familia no parecían sentir otras inquietudes, pero aún en estos supuestos hay que hablar casi de milagro. La cinta se basa en el propio libro de la protagonista, escrito con la colaboración de dos escritores, que denota una tendencia abusiva a mitificar al personaje. Aunque las secuencias de surf son aceptables, ha habido otros títulos que han alcanzado cotas mucho más espectaculares.

Por otra parte, la crucial visita a Thailandia de Bethany, efectuada tras el tsunami que asoló gran parte del Pacífico, está desaprovechada por completo y es muy pobre en recursos dramáticos.

Al hecho de que estas tomas se rodaron en escenarios camuflados de Hawai, hay que añadir que no dan la medida, ni por asomo, del impacto que causaron en ella y que motivaron un importante giro religioso en su vida.