Se hace ostensible en todo momento, y esa es una de sus mayores virtudes, el absoluto control, por un lado, del director de todos los resortes de la trama, algo difícil en un producto de una enorme complejidad en el plano de los afectos familiares, y la calidad narrativa que deriva de una más que elaborada planificación e incluso de un notable virtuosismo. De ahí se deduce, a pesar de que uno prefiera otras películas previas del director, el intenso clímax que desprenden todos sus fotogramas y esa tensión extrema que impide que se cuele sin permiso algún mínimo altibajo. Algo que certifica la talla del director catalán afincado en Hollywood Jaume Collet-Serra, que se dio a conocer en 2005 con La casa de cera y que cimentó su categoría profesional en 2009 con La huérfana y, sobre todo, en 2011 con su mejor cinta hasta ahora, Sin identidad.

Aquí, probablemente con dosis de violencia exageradas y de nuevo con un Liam Neeson que culmina su tercer largometraje con el realizador, ha elaborado lo que podría definirse como un western urbano en el que la parte final, la típica rendición de cuentas del cine del oeste, tiende a desbordarse en exceso.

De todos modos, Collet-Serra ha sabido dar el sentido que requería el guión de Brad Ingelsby, que se preocupa por encima de todo de los lazos familiares, lo único que en realidad coloca en un mismo plano al protagonista, un sicario de Brooklyn, Jimmy Conlon el «Cavatumbas», consciente de que abandonó por completo por su trabajo a su mujer y a su hijo, lo que le ha acarreado un gran complejo de culpabilidad, y a su propio jefe, el veterano mafioso Shawn Maguire, que se ha negado siempre a recurrir a la droga para incrementar su red de negocio. Pero cuando el hijo de este último, Danny, provoca una situación límite al estafar a un grupo de narcotraficantes lo que está haciendo no es otra cosa, por seguir con la terminología del cine de Oeste, que desenterrar el hacha de guerra.

Y en este escenario no cabe más solución que el asesinato y la muerte. Sin un minuto de tregua, la película recurre a la vuelta atrás, desde unos planos iniciales en los que Jimmy se revela con varios disparos en el cuerpo, para abordar el enfrentamiento que la inconsciente y trágica decisión de Danny genera en dos tipos al margen de la ley, Jimmy y Shawn, que por primera vez en sus vidas van a poner en primer plano su dimensión de padres.