Es evidente que la estancia de Johnny Depp en Australia no está pasando inadvertida. Al parón del rodaje de Piratas del Caribe durante un mes, tras accidentarse la mano y someterse a una cirugía de urgencia, se suma ahora el comunicado del ministro de Agricultura australiano, Barnaby Joyce, instando al actor a enviar a sus perros Boo y Pistola a Estados Unidos en las próximas 48 horas. El responsable político ha sido muy claro con el actor estadounidense y le exige que sus mascotas vuelvan a casa o deberá afrontar las consecuencias, que en este caso sería una sentencia de muerte para los canes.

"Personalmente como ministro no tengo el número de teléfono del señor Depp, ni él tiene el mío. Pero mi departamento ha tomado medidas para que los perros sean enviados de vuelta a Estados Unidos. Diría que es la decisión más acertada", subrayaba Joyce a la cadena BBC. Además, el ministro incidió en la igualdad para todos. "Que sea el hombre más sexy del mundo no le exime de cumplir las leyes, igual que el resto de los ciudadanos", comentó Barnaby.

Boo y Pistola deberían haber pasado una cuarentena de un mínimo 10 días desde su llegada a Australia, para evitar la propagación de enfermedades. El protagonista llegó a finales de mes en un jet privado junto a su esposa, Amber Heard, y sus mascotas, para retomar el rodaje de la última parte de la saga corsaria.

Hay quien apunta a que viajó en avión privado precisamente para sortear las normas del país.