La labor de Andrés Santana ha sido fundamental para gran parte del éxito de la película ´Blackthorn´ de Mateo Gil que ha obtenido once nominaciones para los Goya 2012, que se celebrarán en febrero en Madrid. Santana revela algunos de los secretos de este western entre introspectivo y trepidante que destaca por una originalidad y calidad más que notable. Dos Goya, uno por ´Días contados´ y otro por ´El rey pasmado´, y seis nominaciones a estos premios, avalan el extenso currículum de uno de los productores más importantes del cine español.

El productor grancanario Andrés Santana ha volcado su larga experiencia de más de 40 años tanto en la producción como en la dirección de producción de algunas de las películas más importantes del cine español. En gran parte gracias a eso, Santana ha logrado que Blackthorn se convierta en una obra rentable, a pesar de su limitado presupuesto. Ése es, según el propio productor, uno de los mayores logros de un film que, por su delicado manierismo, se puede situar entre los mejores westerns del momento dentro de la industria norteamericana, y que compite por once Goya en una ceremonia que se celebrará en febrero en Madrid.

—¿Cree que hay muchas posibilidades de que Blackthorn triunfe en esta edición de los Goya?

— Las cuatro películas que compiten en los principales apartados son bastante buenas y nunca sabes por donde puede salir el veredicto final del jurado. En un principio, mejor no adelantar nada porque lo que crees que va a tener un premio seguro luego no lo obtiene. Pero yo destacaría, en el caso de Blackthorn, que puede sorprender en muchos campos ya que todos los técnicos están nominados. La excepción son los actores norteamericanos que siempre es más difícil que entren en la terna.

¿Han sido estas nominaciones un reconocimiento a tanto trabajo de rodaje?

— Sí, yo creo que ha sido como la justicia poética. El problema es que el western no interesan mucho en estos momentos. De hecho, cada vez se hacen menos en EstadosUnidos, y se pueden contar con las manos los western de los últimos 30 años. El único que ha ido algo bien, pero sin alcanzar las expectativas que esperaban los productores, han sido la película de los hermanos Cohen Valor de ley. No sé por qué sucede esto ya que es un género que cuenta los mismos sentimientos de siempre sólo que en otra época. Nunca sabes lo que hay en unas películas o lo que no en otras para que funcionen. Boyero decía que él era un amante de los western y que no sabía por qué la gente ahora no los demandaba tanto, aunque yo creo que también tiene que ver que los están poniendo casi todos los días en la tele. La película de Mateo Gil no ha ido bien en la taquilla, pero la gente ha quedado muy contenta.

— ¿Cree que puede ser la gran sorpresa de los premios como Pa Negre el año pasado?

—Por supuesto. La gente de cine sabemos cómo es la industria por dentro y que lo que valoramos, fundamentalmente, es la calidad de las películas,más que su éxito en taquilla. Porque a veces hay grandes películas que, con el paso del tiempo, se han convertido en mediocres y todo lo contrario. Ciudadano Kane fue un fracaso en su estreno y luego fue evolucionando hasta llegar a lo que llegó. Nunca sabes por qué unas películas funcionan y por qué otras no, pero lo que hace la gente del cine no tiene que ver con la que piensa el que se sienta en una butaca ante una pantalla. La gente de cine ve la labor y la calidad de una producción y en una película mala puede haber un actor bueno y llevarse un Goya.

—¿Cómo ve Blackthorn si la comparamos con el resto de películas que compiten?

— Las nominaciones están bastante repartidas. Pero las máximas nominaciones que nosotros podíamos tener por el tipo de película que presentamos son catorce, y hemos logrado un total de once. Lo que nos falla son los actores. Más no podemos pedir. En Días contados teníamos 19 nominaciones porque había 19 departamentos en cuanto a actores, protagonistas, secundarios, pero eso no ocurre aquí.

Creo que lo más delicado de la película fue el rodaje en la altiplanicie boliviana. Fue rodada de una forma un poco loca en Bolivia, donde cada jefe de departamento trabajó en lugares inhóspitos. Bolivia es el país más pobre de Sudamérica. Y cuando salíamos de La Paz, que es donde más comodidad había, ya eran carreteras de tierra con complicaciones de logística muy importantes. Lo mismo sucedía cuando, tras rodar en Santa Cruz y Cochabamba, nos encontrábamos en pueblos en los que tienes que vivir de unamanera bastante limitada.

— ¿Qué género ha desbancado alwestern en cuanto a popularidad en estos momentos?

—La comedia. El western, como producto de origen americano, ha bajado muchísimo. Ahora se hacen unas 30 comedias, pero westerns solo uno cada año. Pero hay que ver la cantidad de películas del oeste que tuvimos en una época determinada. Y es porque la gente ya no acude tanto a ir al cine a ver de este género. Lógicamente, si lo que está de moda es la comedia se hace una comedia, y si lo que hay es terror se hace terror.

—¿Cómo pasó de la dirección de producción a también la producción de películas?

— Como he sido director de producción en un montón de películas, cuando empecé a producir seguí en esa labor que es la que más me gusta. El productor es como el empresario, que usa el dinero para hacer la película. Y el director de producción es el que organiza todo el tinglado. Así que yo buscaba la financiación y me dedicaba a hacer la película. El productor busca el dinero para hacer la película y el director coordina la contratación, el rodaje y todo lo demás.

— ¿En qué momento de explotación comercial se encuentra la película Blackthorn en estos momentos?

—Estamos en el periodo que se está vendiendo y que no se ha cerrado, en el que hay que matizar porcentajes. Pero la película tiene un elemento que cambia un poco en una producción española y es que se ha rodado en inglés y la puedes vender en el mundo entero. Se ha estrenado en EstadosUnidos y quedan muy pocos países para venderla. La explotación es mucho más amplia al estar rodada así y por eso ha ido muy bien.También nos habíamos hecho algo más de ilusión en el mercado español, pero pensando que iba a estar en un término medio dada las características del producto. En el cine, cuando tocas un tema local, como podría ser la guerra civil, es muy complicado llevarlo al resto del mundo, pero hemos nacido con el western y éste se reclama en todas partes del mundo. Así, la película ha ido mejor en EE.UU. y Francia que en España. Incluso en EstadosUnidos la consideran casi una película de ellos.

—¿Ha variado mucho la vida de una película en las salas comerciales ahora que con respecto a hace diez años?

— Ahora las películas solo aguantan dos meses o dos y medio. Antes la comercial se distribuía con más copias, y eso marcaba la diferencia. Cuando estrené El rey pasmado estuvo en la gran Vía ocho meses, pero, claro, estrenábamos con 600 copias, y ahora se hace con 300, por lo que el recorrido comercial lo haces tan solo en dos fines de semana.