El guión es una de las partes más importantes de una película, de eso no hay duda. Pero cuando la realidad supera a la ficción descubrimos que algunas de las escenas más emblemáticas del cine no fueron fruto ni de los directores ni de los guionistas, sino más bien de improvisaciones espontáneas.

El talento, el sentido del humor y el ingenio agudo de muchos actores ha superado a los guiones y ha dejado escenas que pasarán a la historia del cine. ¿Qué sería de ´El resplandor´ sin el "Aquí está Jack" de Jack Nicholson? ¿O de ´El Padrino´ si Marlon Brando no hubiera entrado en escena acariciando un gato? Estas son sólo algunas de las improvisaciones más recordadas del séptimo arte.

´Han Solo´ en ´Star Wars V: El Imperio Contraataca´ (1980)

El culpable de que Han Solo se convirtiese en uno de los personajes más icónicos de ´Star Wars´ fue Harrison Ford. En el Episodio V el actor realizó una de las improvisaciones más famosas de la saga. Cuando Leia dice a Han "te quiero", Ford debía responder con un "yo también te quiero" pero decidió salirse el guion y contestar a Carrie Fisher con dos palabras que en su momento no gustaron mucho a George Lucas pero que pasaron a la historia del cine: "Lo sé".

Marlon Brando en ´El Padrino´ (1972)

¿Quién no recuerda esa escena en la que Amerigo Bonasera visita a ´El Padrino´? La tensión de ese momento se volvió aún más inquietante gracias a una aparición felina que no estaba en el guion. Fue idea de Marlon Brando, quien se encontró a un gato dando vueltas por el set y decidió incorporarlo a la escena pensando que así sería más creíble. Lo ronroneos del animal mientras era acariciado hicieron que las frases de Brando fueran aún más inteligibles.

Jack Nicholson en ´El resplandor´ (1980)

Una escena que ya ha pasado a la historia como una de las más aterradoras del cine la encontramos en ´El resplandor´. Aquí, Jack Nicholson rompe la puerta del baño para gritar ante una aterrada Shelley Duvall su mítica frase "¡Aquí está Jack!" ("Here´s Johnny!" en la versión original). Esta frase fue una improvisación del propio actor, quien la sacó del programa estadounidense ´´The Tonight Show Starring Johnny Carson´.

Robert de Niro en ´Taxi Driver´ (1976)

El Instituto de Cine Americano (AFI) incluyó una frase de ´Taxi Driver´ en su lista de las 10 mejores frases del cine estadounidense. Concretamente fue la frase "¿Hablas conmigo? ¿Me lo dices a mí?" que Robert de Niro le espeta a su reflejo en el espejo. Lo que muchos no saben es que esta mítica frase fue fruto de una improvisación del actor, ya que lo único que decía el guion esa que Travis Bickle debía mirarse en el espejo y hablarse a sí mismo.

Julia Roberts en ´Pretty Woman´

Una de las escenas más emblemáticas, y repetidas hasta la saciedad, de ´Pretty Woman´ es esa en la que el personaje de Richard Gere sorprende a la joven con un collar y le gasta una broma cerrando la caja cuando ella va a cogerlo. Fue en ese momento cuando la actriz soltó una espontánea carcajada, convirtiendo la escena en una de las más icónicas.

Malcolm McDowell en ´La Naranja Mecánica´ (1971)

Una de las escenas más impactantes de la película de Stanley Kubrick es esa en la que Alex y sus drugos atacan a un escritor y a su mujer en su casa. El propio director rodó varias tomas de la misma escena pero ninguna terminaba de satisfacerle. Fue entonces cuando preguntó a Malcolm McDowell si sabía cantar. El protagonista le contestó que sólo conocía una canción, pero esa improvisación (cantando ´Singing in the rain´) pasó a la historia del cine.

Harrison Ford en ´En busca del arca perdida´ (1981)

Volvemos con Harrison Ford, un experto en sacar de manera improvisada lo mejor de los personajes irreverentes del cine. La escena de ´En busca del arca perdida´ en la que un hombre muy habilidoso con la cimitarra intenta atacar a Indiana Jones nada tiene que ver con la que marcaba el guion original. En realidad iba a tratarse de una secuencia bastante larga en la que ambos se enzarzaban en una larga lucha con el látigo y el sable. Pero ese día Harrison Ford estaba muy cansado y decidió utilizar el revolver para terminar lo antes posible y volver a su camerino, creando así una de las escenas más clásicas de cine de aventuras.