El pasado verano, El Bulli cerró sus puertas para siempre, después de haber sido durante muchos años referente de la gastronomía mundial y haber encumbrado a Ferran Adrià como el chef más innovador del mundo.

A Adrià, distinguido con tres estrellas de la Guía Michelin, se le considera ampliamente el mejor, más innovador y atrevido cocinero del mundo. En su cocina, todo cuanto una vez fue familiar se desintegra.

La creación, la inspiración, las técnicas y todos los secretos de la "cocina molecular" de Ferran Adrià, se muestran por primera vez en la gran pantalla en "El Bulli: cooking in progress", un documental dirigido por Gereon Wetzel.

Este director alemán y su equipo pasaron meses encerrados en la cocina-laboratorio de Ferran Adrià en Barcelona, para poder mostrar cada uno de los pasos de la creación de los platos que más tarde, unos afortunados comensales degustarían en el restaurante de 3 estrellas Michelin en la cala Montjoi de Roses antes de su reciente cierre.

'El Bulli: cooking in Progress' es una estrecha mirada a esa búsqueda, desde la experimentación inicial hasta el estreno del plato final. No obstante, en el curso de ese proceso, se examina de un modo totalmente nuevo un buen número de ingredientes. ¿Qué nuevo producto puede derivarse de un boniato? Se analiza sistemáticamente sabor y textura mediante ebullición, torrefacción, freidura, tratamiento por vapor, vaciado del aire, esferificación, o desecación al frío, para luego degustar. Brotan las ideas, se discuten y, finalmente, se documentan todos los resultados exhaustivamente en un ordenador portátil que reposa al lado del cucharón, sean buenos o malos.

Al fin y al cabo, investigar significa examinar pormenorizadamente llevado de unos principios fundamentales. E investigar también significa trabajo, en algunas ocasiones hasta la extenuación. Por lo común, las ideas no caen del cielo, evolucionan en el reino difuso que se halla entre la intención y lo accidental, la experiencia y lo desconocido.