El 24 de noviembre llega a las salas de cines españolas 'La higuera de los bastardos'. Una tragicomedia basada en la novela del Premio Nacional de Literatura Ramiro Pinilla y, protagonizada por actores de la talla de Carlos Areces, Karra Elejalde, Jordi Sánchez, Pepa Aniorte y Ramón Barea.

La película dirigida por Ana Murugarren se estrenó mundialmente en Holanda en el festival 'Film by the Sea', especializado en adaptaciones literarias. “Cuando haces una película con un fondo dramático, pero en la que la comedia negra va ocupando el tono de la película, nunca sabes cómo va a reaccionar el público y si lo va a aceptar. Las risas y las carcajadas del público holandés te liberan de esa duda. Y es una sensación fantástica" afirmó la directora después de que la cinta se sometiese a su gran test en Holanda.

Un tema "tabú" para el cine español

Murugarren no tiene dudas acerca de la maestría de Pinilla: "Fue un grande en su sencillez. Escribía para que las nuevas generaciones sepan y recuerden. España es el único país de Europa que no tiene normalizada su memoria y asumidos sus conflictos de la primera mitad del siglo XX. Y por eso sigue siendo un tabú hasta para el cine".

La directora ha desvelado que la película no ha sido fácil de producir: "Ni siquiera el nombre Ramiro Pinilla le ha parecido atractivo a algunos inversores, lo que subraya la situación actual del cine español".

Una mirada al pasado

Rogelio (Karra Elejalde) es un falangista que cada noche sale junto a sus compañeros dispuesto a asesinar a cualquier susceptible de ser rojo en la España de la posguerra civil. Un día tirotea a un maestro y su hijo mayor. El hijo pequeño presencia la escena y mira con odio a Rogelio. Una mirada que cambiará para siempre la vida de Rogelio. El niño entierra a sus familiares y planta una higuera que Rogelio cuidará día y noche a partir de ese día. Sus camaradas ven cómo la planta, que tiene supuestos poderes de curación, crece entre la multitud.

La directora navarra destaca el sentimiento de humanidad de Rogelio, “al que sólo podía interpretar un actor como Karra Elejalde”: “Ese falangista no se arrepiente, sino que primero el miedo y luego su propio disfrute como santón hacen que se acomode al lado de esa tumba con árbol”, explica Murugarren.