Mucho talento y mucha juventud se conjugan en la trayectoria artística de Blanca Suárez (Madrid, 1988). Tras dar la campanada con su papel en «La piel que habito», de Almodóvar, ayer inauguró el Festival de Málaga con «The Pelayos», el filme sobre la aventura real en los casinos de la familia García Pelayo.Blanca Suárez interpreta a una crupier en uno de los casinos que aparecen en el filme The Pelayos, que se enamora del personaje de Miguel Ángel Silvestre, su pareja actual. La joven actriz afirma que trabajar con Almodóvar ha sido «muy importante», pero «no se acaba el mundo después».

¿Cómo ha sido la experiencia en The Pelayos?

Trabajar con Eduard Cortés [el director] ha sido muy bonito. Es muy buen director y desde un principio conecté con él, tiene mucho humor. Mi parte en la película es muy pequeñita, pero el resto del reparto se volvieron locos proponiendo miles de ideas.

Su gran momento profesional lo vivió con la candidatura a los Premios Goya por La piel que habito. ¿Cómo fue trabajar con Pedro Almodóvar y Antonio Banderas?

Trabajar con Pedro fue una experiencia maravillosa, muy importante profesionalmente y muy grande a nivel personal. Aprendí un montón. Es una persona supergenerosa, te mete en su mundo y tuve la suerte de poder entrar y que me dejara. Y que la película haya traído cosas bonitas, como la candidatura a los Goya, pues es estupendo. Pero bueno, los premios y las nominaciones son efectos colaterales; el premio es hacer una película. Trabajar con Antonio ha sido un gusto, es muy auténtico. Le quita importancia a las cosas y me ha ayudado en parte a vivir de una forma sana esa experiencia; no tiene precio.

Pero, ¿qué ha representado este trabajo para usted en su carrera? ¿Le ha dado más fuerza?

Te da fuerza, pero también te da miedo. Es muy fácil decir: «Me ha contratado Pedro, así que está chupado». Para nada. Trabajar con Almodóvar ha sido muy importante, pero no se acaba el mundo después.

¿Cómo ve la situación de crisis en el sector, con los recortes anunciados por el Gobierno?

Soy una privilegiada por estar trabajando. Aquí estoy con dos películas [The Pelayos y Miel de naranjas], trabajo en una serie que va bien y tengo proyectos a la vista. Hasta diciembre tengo trabajo.

Hace unos días publicó un periódico que la única película española que se estaba rodando en estos momentos era la de Gracia Querejeta. Dramático, ¿no?

Es terrible, pero no sé muy bien dónde está la solución, porque de donde no hay no se puede sacar. Si fuera rica optaría por la autoproducción, pero eso lo pueden hacer muy pocos. Lo que más cosa me da es la gente que quiere trabajar en el cine y ahora es muy difícil que apuesten por alguien.

Con la que está cayendo, ¿cree que para los actores las series de televisión es un refugio?

No se crea, porque muchas series no funcionan. Las dos temporadas de El Barco han ido muy bien, pero tengo nervios por ver cómo funciona esta tercera, porque si va mal nos vamos a casa. Son muchas las series que no han llegado ni al segundo capítulo. En las series es difícil que alguien apueste por historias poco habituales. Yo echo de menos algún proyecto de un género muy determinado, muy especial, que fuera de España sí se hace. Entiendo que se haga lo que se vende, pero yo como espectadora quiero otras cosas.

¿Se ha planteado dar el salto al extranjero?

Me encantaría, claro, pero hay que trabajar mucho aquí todavía. Estoy muy verde.