La vuelta de Javier Bardem al cine español después de ocho años de ausencia para rodar "Alacrán enamorado", de Santiago Zannou, confirma que casi todos los talentos cinematográficos españoles que han ido a Hollywood, desde Sara Montiel a Antonio Banderas, han vuelto a casa tarde o temprano.

Javier Bardem no rodaba en España y con un director español desde "Mar adentro" (2004), de Alejandro Amenábar, aunque había rodado en territorio nacional "Biutiful", de Alejandro González Iñárritu, "Los fantasmas de Goya", de Milos Forman, y "Vicky Cristina Barcelona", de Woody Allen.

Pero con "Alacrán enamorado" demuestra, una vez más, que a pesar de tener en sus vitrinas un Oscar y un premio de interpretación en el Festival de Cannes, Bardem sigue abierto a encontrar papeles en ese cine español tan presuntamente denostado.

Cuando acababa de entrar por la puerta grande con "Antes que anochezca" optaba por primera vez a los premios de la Academia de Hollywood, el actor volvía para realizar una de sus mejores interpretaciones, con acento gallego y bajo la dirección de Fernando León de Aranoa, en "Los lunes al sol"

Entre que rodaba con Michael Mann, rechazaba a Spielberg y se convertía en el ya legendario Anton Chigurh a las órdenes de los Coen, rodaba también "Mar adentro", con la que demostró su poder en Hollywood al ser nominado al Globo de Oro por su interpretación en español y ayudando a que el filme se hiciera con el Oscar a la mejor película de habla no inglesa.

Su pareja sentimental y madre de su hijo, Penélope Cruz, ha seguido también esos mismos pasos. Mientras desembarcaba en Hollywood como pareja de cartel de estrellas como Tom Cruise ("Vanilla Sky"), Nicholas Cage ("La mandolina del capitán Corelli"), Johnny Depp ("Blow") o Matt Damon ("Todos los caballos bellos"), no abandonaba su condición de musa de Almodóvar.

Recuperada para el cine español en "Sin noticias de Dios", de Agustín Días Yanes, fue con "Volver", del cineasta manchego, con la que era por fin respetada en Hollywood como actriz, conseguía el premio de interpretación en Cannes y se quedaba a las puertas del Óscar, premio que llegaría con "Vicky Cristina Barcelona".

Desde entonces, también volvió para rodar en Madrid y Lanzarote "Los abrazos rotos" y, aunque en Hollywood, rodó con la catalana Isabel Coixet "Elegy", adaptación de "El animal moribundo" en la que compartía pantalla con Ben Kingsley.