Hija de un bailarín español, Margarita Cansino tuvo una vida de película reñida con la felicidad en la que pasó de bailar en Tijuana a convertirse en un mito bajo el sobrenombre de Rita Hayworth, una actriz que erotizó Hollywood y murió víctima del alzhéimer tal día como hoy hace 25 años.

Su carrera artística, cortada por los patrones del "star system", fórmula maquiavélica de la industria de cine para fabricar estrellas, comenzó forzada por su padre y fue moldeada por los estudios hasta que dio sus frutos en la década de 1940.

La película "Desde aquel beso" (1941) en la que fue emparejada con Fred Astaire, le dio la fama y la convirtió en portada de la revista Time, pero en fue "Gilda" en 1946 donde forjó su leyenda a base de sensualidad y números musicales que le valieron el apelativo de "la diosa del amor".

La actriz nació en Nueva York el 17 de octubre de 1918, hija de Volga Haworth y de Eduardo Cansino, quien había llegado a EEUU en busca de fortuna cinco años antes.

Aquella joven hispana debutó como la bailarina Rita Cansino cuando tenía 12 años en el grupo fundado por su padre "The Dancing Cansinos", con el que se trasladó hasta Tijuana (México) para acercarse al floreciente mundo del séptimo arte.

Con 16 años hizo su primera aparición en pantalla como extra en la cinta mexicana "Cruz Diablo" y logró atraer la atención de un ejecutivo de Fox que le abrió las puertas de las grandes producciones con "La nave de Satán" (1935).

Hasta 1937 y tras aparecer en 15 filmes, Rita no cambiaría Cansino por Hayworth, una decisión que llegaría después de que su primer marido, Edward Judson, lograra que le hicieran un contrato con Columbia Pictures y allí el productor Harry Cohn diera su visto bueno a su transformación.

La nueva Rita se deshizo de sus referentes latinos para dejar de ser exótica y poder acceder a papeles principales, incorporó una "y" en el apellido de su madre por motivos comerciales y se sometió a un cambio de aspecto.

Hayworth se tiñó de pelirrojo y recibió un tratamiento de electrólisis para hacer retroceder la línea de nacimiento de su pelo, próxima a sus cejas, y lograr una frente más despejada.

La actriz tuvo que perder peso en esa puesta a punto para Hollywood, donde sus curvas marcarían la pauta de la belleza durante una década.

Tras el éxito de "Desde aquel beso", Hayworth se divorció de Judson y encadenó cuatro matrimonios más, el siguiente fue con el genio cinematográfico Orson Welles, quien se obsesionó con ella, lo mismo que el príncipe Alí Khan con el que la intérprete trató de huir del mundo del cine. Más tarde les tocaría el turno a James Hill y Dick Haymes.

Ningún matrimonio le duraría más de 5 años a Hayworth, que tuvo maridos infieles y fue desdichada a pesar de su popularidad.

"Si a esto se le llama felicidad, la verdad es que no sé qué pensar de la felicidad", comentó Welles sobre la vida de la actriz años después de su divorcio.

Hayworth protagonizó títulos como "Mi chica favorita" (1942), "Seis destinos" (1942), "Las modelos" (1944), "Esta noche y todas las noches" (1945) con actores como Henry Fonda o Gene Kelly, aunque sería su pasión con Glenn Ford en "Gilda" (1946) la que la encumbraría a objeto de deseo que traspasó fronteras.

Tras la muerte de la actriz, Ford reconocería que se enamoró de Hayworth durante el rodaje porque "era imposible no volverse loco por ella", y calificó a su compañera de reparto como la actriz más sensual de la historia de Hollywood.

"Ellos se van a la cama con Gilda y se despiertan conmigo", llegó a decir un día Hayworth sobre cómo su personaje había devorado a su persona, una artista de musical a la que le doblaban su voz en las canciones.

En su filmografía posterior a "Gilda" figuran películas como "La dama de Shanghai" (1947), con Orson Welles; "Pal Joey" (1957), con Frank Sinatra, o "El fabuloso mundo del circo" (1964), con John Wayne, si bien su carrera se fue apagando lentamente a medida que desarrollaba el alzhéimer.

La enfermedad era ya grave en 1979, acentuada por el alcoholismo en el que cayó la actriz, aunque no se confirmó hasta que se le realizó la autopsia.

Su hija Yasmin Aga Khan la cuidó durante sus últimos años, en los que su madre le "gritaba e insultaba", víctima de su deterioro.