Cada día millones de ciudadanos en España congelan alimentos, tanto frescos como ya cocinados. El ajetreado ritmo de vida que llevamos hace que quien más quien menos todos optemos por congelar productos alimentarios, la mejor forma de conservarlos durante semanas e incluso meses sin apenas afectar a su aspecto, sabor, olor y valor nutritivo. De esta manera, gracias a la congelación es posible disponer en cualquier momento de alimentos fuera de temporada y platos ya cocinados y listos para servir, de manera que podemos ahorrar dinero y aprovechar las ofertas especiales de temporada.

No obstante, pese a tratarse de un hábito cotidiano, la congelación de alimentos no siempre se hace de forma correcta. En este sentido, para realizar el proceso de congelación debemos tener en cuenta una serie de reglas que no siempre seguimos y que en algunos casos pueden tener consecuencias negativas para nuestra salud, especialmente ahora que se acercan los meses de verano. Y es que junto con la mala manipulación de los alimentos, la conservación inadecuada y la rotura de la cadena del frío es el principal origen de la mayoría de intoxicaciones alimentarias, entre ellas la temida salmonelosis.

La inadecuada descongelación de un alimento no solo provoca una alteración de sus características organolépticas, sino que también causa un aumento de los riesgos sanitarios debido al incremento de la carga microbiana. En cambio, una descongelación adecuada garantiza la barrera de seguridad alimentaria, ya que al descongelar a 4 grados en el frigorífico la mayoría de microorganismos a esta temperatura están inhibidos.

Hay que tener en cuenta que no hay alimentos estériles y que en distinto grado todos pueden llevar microorganismos. Existen cuatro tipos principales de microorganismos que pueden contener los alimentos y cuya temperatura de crecimiento es: termófilos (40-65º C), mesófilos (20-40º C), psicotrofos (20-30/0-7º C) y psicrofilos (

Para evitar los riesgos de una intoxicación alimentaria, te ofrecemos una serie de consejos básicos que debes seguir a la hora de congelar y descongelar alimentos:

1) Cuando compramos productos que necesitan estar congelados, es fundamental transportarlos a casa lo más rápido posible. Cuando hagas la compra, procura coger estos alimentos al final del proceso, ya que de esta manera evitarás que se rompa la cadena del frío.

2) Cuando necesites descongelar un alimento, debes dejarlo dentro de la nevera durante al menos 12 horas o bien utilizar la opción descongelación con la que cuentan la mayoría de microondas. En cambio, no es una buena idea dejarlo en la cocina para que se descongele a temperatura ambiente, ya que este método ayuda a la proliferación rápida de bacterias.

3) Tampoco es una buena idea volver a congelar un alimento que ya ha sido congelado, ya que las sucesivas congelaciones también restan calidad al producto y sobre todo multiplican el aumento de bacterias y por el riesgo de intoxicación alimentaria. Congelar inhibe -cuando se hace a -18 grados- el desarrollo de microorganismos en el alimento, pero no los mata. De esta manera, cuando descongelamos estos vuelven a proliferar de forma casi inmediata aumentando la carga microbiana. Por otra parte, cabe señalar que cocinar un alimento no garantiza que se eliminen las bacterias. De ahí la importancia de limitar la posibilidad de proliferación de los microorganismos.

4) Es importante dejar enfriar cualquier alimento o plato cocinado durante un tiempo prudencial -al menos una hora- antes de proceder a su congelación, ya que al meterlos en el congelador podemos alterar las propiedades de otros alimentos ya congelados.

5) Una buena opción a la hora de congelar un alimento es hacerlo por porciones. De esta forma, evitaremos tener que tirar el resto del producto si no se consume.

6) Cuando optemos por descongelar un alimento en el microondas, es recomendable también hacerlo en porciones pequeñas. De esta forma, no correremos el riesgo de que la parte externa del producto se termine cociendo mientras el interior sigue congelado.

7) La protección de los alimentos en el congelador también juega un papel importante en su preservación. Así, hay que utilizar bolsas adecuadas o recipientes de plástico que cierren herméticamente. Además, los alimentos se deben envolver con papel transparente o de aluminio para evitar que el frío los queme y se deteriore su aspecto y calidad.

8) Es un buen hábito etiquetar el alimento con la fecha de congelación. Además, coloca al fondo los alimentos más recientes para ir consumiendo los que lleven más tiempo almacenados. A diferencia de lo que muchos creen, los alimentos no pueden estar guardándose indefinidamente en el congelador.

9) No es recomendable descongelar un alimento colocándolo bajo un chorro de agua. Cuando se utiliza este método, algunos componentes hidrosolubles del alimento se pierden.

10) Ten en cuenta que no todos los alimentos son recomendables para congelar. La mayoría de frutas, por ejemplo, normalmente no admiten bien el proceso de congelación. Si aún así queremos hacerlo, deberemos lavarlas, pelarlas y cubrirlas con azúcar o almíbar. En el caso de las verduras, las que se consumen frescas, como la lechuga, el tomate, el pepino o el pimiento no deben congelarse. Tampoco los huevos, que aumentan su volumen y terminan estallando.

11) Evita la congelación de productos grasos como el queso seco, la nata y salsas como las de leche o las que contienen mayonesa, ya que pueden cortarse o separarse. En cambio, las salsas sin huevo, crema o mayonesa pueden congelarse sin problema alguno.

12) El pescado debe congelarse siempre una vez lo hayamos limpiado. Debe estar descamado, sin las tripas y sin la cabeza. Una vez lavado, hay que secarlo con papel absorbente y envolverlo en papel transparente o de aluminio.

13) Uno de los productos más habituales en el congelador son las hortalizas y verduras que se venden ya congeladas. En esto caso, este producto se puede cocinar sin necesidad de ser descongelado, ya que durante su preparación ya han pasado por un proceso denominado escaldado que supone hervir en agua las verduras antes de su congelación para preservar sus cualidades. Esta técnica no es recomendable para el resto de alimentos.

14) Otra recomendación es no sobrecargar el congelador para garantizar la correcta circulación del aire frío. Pese a que los actuales congeladores ´No frost´ no precisan de una descongelación periódica, sí es recomendable hacer este proceso al menos una vez al año.

15) Si congelamos líquidos, debemos tener en cuenta que una vez se ha congelado aumentará su volumen, por lo que es conveniente dejar un espacio libre en su recipiente para su dilatación.