El verano es una de las épocas del año en la que más disfrutamos de la gastronomía patria. Si eres de los que han preferido quedarte en nuestras fronteras y recorrer la geografía española, podrás degustar gran variedad de platos con denominación de origen nacional.

Tantos en los chiringuitos de playa como en restaurantes de interior, los protagonistas de los fogones son alimentos frescos y sabrosos. A continuación te proponemos diez comidas típicas españolas con las que disfrutar de la época estival:

Gazpacho

Sin duda, tiene el honor de ser el rey del verano en todos los restaurantes y casas de los españoles. Aunque su origen no es del todo conocido, su nombre va unido al de Andalucía. El gazpacho es una sopa fría cuyos ingredientes básicos son el aceite de oliva, el vinagre y hortalizas como los tomates, la cebolla y el pimiento verde. Las variedades son múltiples y al gusto del consumidor que puede añadirle ajo y 'tropezones' como el jamón serrano, huevo duro o aceitunas.

Paella

Aunque su consumo se prolonga a lo largo de todo el año, es en el verano cuando la paella cobra mayor protagonismo. El plato más tipico de los chiringuitos playeros, tiene un origen humilde en la Albufera de Valencia. Ícono de la gastronomía española, su principal ingrediente es el arroz que va acompañado de gran variedad de alimentos. La original paella valenciana se compone, además del arroz, de verduras como el tomate, las judías verdes y las habas, y de carnes como el conejo y el pollo. Además, se le añade azafrán que le da ese color tan característico y, en algunos casos, pimentón. Otras variedades populares son la paella mixta y la paella de marisco.

Tortilla de patatas

Se trata de uno de los platos clásicos de la gastronomía española cuyo origen se remota al siglo XVI, cuando los aztecas las preparaban y vendían en los mercados. Su preparación más tradicional consiste en freir las patatas en aceite de oliva o de girasol (según se quiera potenciar el sabor), escurrirlas bien y dejarlas remojar con el huevo batido durante un tiempo. Después de diez minutos, como mínimo, se fríe la mezcla en la sartén y se le da la vuelta para que se cuaje por ambos lados hasta conseguir la textura deseada. Aunque el huevo y las patatas son los ingredientes principales, la cebolla también cobra su protagonismo pues le da un sabor muy característico.

Pulpo a la gallega

Como su propio nombre indica, es un plato típico de Galicia aunque su consumo se extiende a nivel mundial. Su preparación no reviste gran dificultad pero debemos estar muy atentos al primer paso clave: el tiempo de cocción del pulpo. Hay que evitar que quede demasiado blando, es mejor que quede terso y se suele servir caliente sobre una tabla de madera. Se le baña con abundante aceite de oliva, pimentón (dulce o picante) y granos de sal gorda. En los últimos tiempos se le ha añadido un acompañamiento: los 'cachelos' (patatas cocidas).

Melón con jamón

Se trata del plato más sencillo de preparar ya que apenas requiere elaboración. Tan sólo necesitamos dos ingredientes: melón y jamón (si es serrano mejor). El secreto que hace a este plato tan exquisito es el contraste de sabores: el dulce de la fruta y el salado del embutido. Lo ideal es servir el melón frío y acompañarlo de un vino dulce o, incluso, cava.

Ensalada mixta

Entre la gran variedad de ensaladas que existen en la actualidad gastronómica (de pasta, césar, rusa,?), la ensalada mixta es, seguramente, la más popular y consumida durante el verano. Aunque hay multitud de variantes, los ingredientes básicos son: lechuga, tomate, cebolla, espárragos, huevo duro y aceitunas. Además de los ingredientes, el aliño es básico para que resulte sabrosa: aceite de oliva, vinagre y sal.

Salmorejo

Muchas veces confundido con el gazpacho, el salmorejo es una crema fría que suele servirse como primer plato. Córdoba es la cuna de este plato cuyo consumo se ha extendido a todo el país y más allá de nuestras fronteras. Su ingrediente principal es la miga del pan junto con el tomate, que le da ese color tan característico. Se condimenta con ajo, aceite de oliva y vinagre o, en alguna de sus variantes, vino blanco.

Escalibada

Un plato típico de la Comunidad Valencia, Murcia, Aragón y, sobre todo de Cataluña, de donde proviene su nombre, del verbo catalán ´escalivar´ (asar al rescoldo). La escalibada es un plato muy sano ya que sus todos sus ingredientes son verduras: berenjena, pimiento, cebolla y tomate. Éstas se asan, al horno o a la parrilla, hasta que estén cocidas. Se dejan enfriar, se pelan y se les quitan las pepitas. A la hora de servir, se cortan en largas tiras longitudinales y se aliñan con aceite de oliva y sal.

Salpicón de marisco

Uno de los platos ´estrella´ de la cocina mediterránea por su característico sabor a mar. Como su propio nombre indica, el ingrediente básico es el marisco, aunque existe un sinfín de variedades pero manteniendo siempre la misma esencia. Los mejillones, las gambas y el pulpo son los protagonistas de este plato, que van acompañados de pimiento verde, tomate y cebolla bien troceados. El toque final es el aderezo de aceite de oliva, vinagre y una pizca de sal.

Macedonia de frutas

También conocida como ensalada de frutas, su consumo se dispara en verano. No existe una receta a seguir pues el comensal es el que elige las frutas que quiere añadir a su plato. Lo normal es que se opte por frutas de verano como la sandía, el melón, las fresas o el melocotón. Se deben cortar en trozos pequeños y la mezcla se adereza con azúcar, licor o zumo de frutas. Un postre fresco y sano para acabar con buen sabor de boca.