Se cree que la mejor alcachofa es de una localidad concreta, que el mejor langostino sólo nada al lado de casa, que la gamba roja es natural y vecina de Dénia, o que el rodaballo sólo vive en las aguas gallegas, y no en las asturianas. Inexactitudes a mayor gloria del chauvinismo de vuelo corto.

Por acotar el asunto: langostinos de Vinaròs, alcachofas de Benicarló, gamba de Dénia. ¿Es que, acaso, los langostinos de Peñíscola no son los mismos que los de la vecina Vinaròs; o las alcachofas de Benicarló difieren de las que se cultivan, pared con pared, en Peníscola; o la gamba de Dénia es diferente a la capturada en Palamós, Roses, Sant Feliu de Guíxols, Xàbia o Calp? No. En todos los casos. Pero sucede que alguien, en algún momento, desde la administración o la hostelería, fue más listo y desenfundó antes, consiguiendo el marchamo de estos, u otros productos, en régimen de exaltación chauvinista/ localista.

Gamba de Dénia, tan rica y suculenta, salvo cuando ciertos cocineros mediáticos la someten al abatidor de temperatura, es decir, que si la compran fresca, la congelan en complicidad con este instrumento del diablo (capaz de alcanzar el punto deseado de congelación en poco tiempo). Luego, en su argot, la regeneran (la descongelan). Resultado: están blanditas y babosas, sin textura, pililonas. Me he comido algunas de éstas, y, educado en aquellas imborrables gambas cocidas por Pepe Piera (El Pegolí), en los años setenta del siglo XX, las de Ca Sento o, recientemente, El Faralló, discípulo de Piera, proclamo que ¡abajo el abatidor de temperatura!

A todo esto, según Joan Company y Pere Puig, miembros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), "la gamba roja del Mediterráneo es la misma, desde Palamós hasta Garrucha (Almería), y su nombre científico es Ariestus antennatus. Lo cual me recuerda que Pepe Piera me dijo hace más de treinta años que la mejor gamba es «la que tiene bigotes". El saber no ocupa lugar.