Tres referentes de la región hablan sobre el despoblamiento: "De seguir así, Asturias se muere"

Francisco Rodríguez, Jesús Arango, y Juan Luis Rodríguez-Vigil analizan los retos del campo asturiano y proponen alternativas para tratar de ralentizar la tendencia al abandono rural

Por la izquierda Jesús Arango, Francisco Rodríguez y Juan Luis Rodríguez-Vigil,

Por la izquierda Jesús Arango, Francisco Rodríguez y Juan Luis Rodríguez-Vigil, / J.Quince

J.Quince

El mundo rural camina sin frenos hacia el despoblamiento, siendo Asturias una de las comunidades autónomas que más acusa este grave contratiempo. Son numerosos los municipios asturianos que se enfrentan a la continua pérdida de población debido al escaso número de nacimientos en el territorio y el éxodo a las zonas urbanas. Pero, ¿es posible revertir esta tendencia o, al menos, ralentizarla?

Sobre este asunto se habló ayer en Peñamellera Baja, en una mesa redonda organizada por El Cantu La Jorma. Se trata de la primera vez que esta asociación propone un acto de estas características, un foro-debate que pretende sentar las bases de muchos otros y que contará con el apoyo del Real Instituto De Estudios Asturianos (RIDEA). El evento, titulado "Despoblamiento rural, retos y alternativas", tuvo lugar en la capilla de Suarías y contó con las voces expertas del empresario Francisco Rodríguez, presidente de Industrias Lácteas Asturianas (ILAS), el economista Jesús Arango, y Juan Luis Rodríguez-Vigil, expresidente del Principado, todos ellos miembros del RIDEA.

Si en algo estuvieron los tres ponentes de acuerdo es que la respuesta a la pregunta de si se puede hacer frente al despoblamiento rural es un sí, aunque no a corto plazo y solo a través de políticas adecuadas al territorio que atajen los verdaderos obstáculos que padece el campo asturiano. Sin embargo, la situación actual, reconocen, es "un problema generalizado en todo el mundo", "difícil de solucionar" y "verdaderamente preocupante".

"Esta tendencia no es reversible ni lo va a ser en grandes números, pero sí es posible parar el proceso y darle una dimensión más razonable y racional", señaló Juan Luis Rodríguez-Vigil. Para el expresidente del Principado, la clave estaría en que la población que vive en el mundo rural tuviera unas condiciones adecuadas de vida, trabajo y un nivel renta alto. Si bien es cierto que las segundas residencias y las nuevas formas de trabajo, como la llegada de los nómadas digitales y el teletrabajo, han permitido que la demografía no se vea tan comprometida en ciertos territorios, la población asturiana aún tiene una cuenta pendiente con el campo. Destinar medidas al primer sector es fundamental para su sostenibilidad.

Con todo, es necesario tener en cuenta la diferencia de las zonas rurales en las distintas comunidades autónomas: "No es la misma España vaciada la de Castilla y León, por ejemplo, que la de Asturias, por lo que deben darse respuestas diferentes. Al igual que no tiene nada que ver la realidad del Oriente con el Occidente, por lo que no hay soluciones únicas", aclaró Jesús Arango. Para el economista es fundamental llevar a cabo planes comarcales que den respuestas específicas y participativas a los ayuntamientos, yendo más allá de la política sectorial agraria: "Hay que hacer que el mundo rural sea atractivo para que la gente viva en los pueblos, forme una familia y trabaje. Pero hoy por hoy no es posible y, de seguir así, Asturias se muere", declaró.

Prácticamente el 50 por ciento de la superficie de la región actualmente se encuentra en un llamado "desierto demográfico", una situación que a futuro parece condenada a empeorar. "Si nada cambia, en 2040 dos tercios de Asturias será un erial", concretó Arango quien pretende no parecer pesimista, pero entiende que la política actual está más enfocada al ámbito urbano. Para combatirlo, pone el foco en los presupuestos que permitan convertir a Asturias en una región "viva y diversa económicamente", para la que es necesaria la colaboración tanto de los ciudadanos como de los políticos.

"El problema es que generalizamos, y es necesario fijar la atención en las circunstancias del país", apuntó por su parte Francisco Rodríguez. Como presidente de ILAS, valoró las cualidades del campo asturiano para producir carne y leche. No obstante, la cuestión a profundizar podría estar en la viabilidad con respecto a la competencia que suponen los productores de otros países comunitarios. "En Bruselas hay que exigir que se pongan condiciones de igualdad para las gentes que producen proteínas, y eso no se ha planteado todavía", puntualizó. "Todo es un problema de realidades, de racionalidad y de tener confianza en lo que se hace. Es importante, además, pedir a las autoridades que se cubran las necesidades", añadió.

Descentralizar la administración, invertir, atraer servicios públicos, mejorar las conexiones y comunicaciones, apostar por el primer sector, buscar la colaboración de las instituciones, promover la estancia en el mundo rural y favorecer la creación de familias son algunas de las propuestas que podrían ayudar a que la sociedad asturiana resuelva su problema demográfico. Aunque quizás con todas estas propuestas no sea suficiente, el análisis está sobre la mesa y se debe actuar antes de que sea demasiado tarde.