La comarca avilesina puede seguir presumiendo de playas de calidad tras el último estudio del Servicio de Riesgos Ambientales y Alimentarios. Solo las playas de Bañugues y Antromero, en Gozón, podrían presentar algún tipo de problema en la categoría de sus aguas, debido a su proximidad a una sala de bombas de saneamiento, en el caso de la de Bañugues. Sin embargo, «siguen siendo apta para el baño», asegura José González Viña, responsable del departamento de socorrismo del concejo. «Los bañistas están desaparecidos por el tiempo, no por la calidad de las aguas», insiste. En el resto del concejo, los arenales de Luanco y Xagó tienen una calidad de agua excelente mientras que la de Verdicio bajó un puesto respecto al año pasado y su calidad es buena.

Por su parte Castrillón y Soto del Barco mantienen una gran calidad en sus aguas. Así, las playas de Santa María del Mar, El Sablón de Bayas, Arnao, Salinas, San Juan de Nieva y la playa de Quebrantos obtienen la máxima categoría. No obstante, estos datos pueden variar a lo largo de la temporada «en función de las condiciones meteorológicas o vertidos ocasionales», según expone el Principado de Asturias.

Según las calificaciones realizadas en el estudio, el 94 por ciento de las zonas de baño de la región son de calidad adecuada. De ellas el 87 por ciento es «excelente», el 3,9 por ciento «buena» y el 3,9 por ciento «suficiente».

La Consejería de Sanidad analiza y publica semanalmente los datos sobre la calidad sanitaria de las aguas del litoral asturiano en base al programa de vigilancia establecido durante la temporada de baño. La última calificación sanitaria data de 2013 y se compara con los análisis realizados durante las temporadas de 2010, 2011 y 2012.

En este último censo disponible figuran un total de 63 zonas de baño de los 77 puntos de muestreo repartidos a la largo de 19 municipios. Los datos revelan que un cinco por ciento de las playas presentan aguas de calidad insuficiente, mientras que el resto goza de la calificación de excelentes. Este año los datos se publican siguiendo la a nueva simbología de la Comisión Europea. Para facilitar los datos a los usuarios la tradicional escala de colores -azul, verde o rojo- ha sido sustituida por el símbolo de un bañista acompañado de hasta tres estrellas, en función de la calidad.