Ya le falta menos al huidizo pillín Carles Puigdemont para entrar en cualquiera de los concursos de realidad teledirigida a golpe de guion encabronado que Telecinco marca con orín de perro en celo a lo largo del año. Por ejemplo, ‘Supervivientes’.

Aunque no veo esta patata porque no me da la gana, sé que el cupo de crápulas, oxidados y famosos de mercadillo está completo. Pero siempre hay hueco para otro quinqui. Con el morbo que eso da. La cadena grande de Mediaset es experta en contar con farfolla de trullo.

Así ha sido y así seguirá siendo. Al ex presidente de la Generalitat, detenido en Alemania, se le acabó la tontería política, pero seguro que tiene un futuro prometedor en los brazos de Paolo Vasile . Cuando el domingo por la mañana, con el mareo reciente del cambio de hora, sin saber muy bien si tocaba desayuno o almuerzo, vi que Cristina Villanueva hablaba de la detención del menda, lo tuve claro.

Si Mayte Zaldívar ha pasado por la cárcel y está en la isla, don Carles no puede ser menos. Es verdad que el domingo, como es lógico, aún no había entrado al talego, pero tiene todas las papeletas. Es carne de reality. Él y toda la parva del cachondeo ese de la república catalana. Puro programa de realidad con giros de guion hilarantes para rescatar a la audiencia del letargo y la modorra.

Eso sí, los participantes de ese 'Gran Hermano' independentista catalán, con huidos que dicen irse al exilio y con tragaldabas que ponen el cazo a fin de mes a costa de mis impuestos, intentan que no decaiga y se inventan nominados, expulsiones, votaciones y otros trucos y alardes de magia parlamentaria para que el fuego no se extinga. Yo que Vasile empezaba a mover ficha.