No sé si vieron la última entrega de ´En la tuya o en la mía´, donde Bertín Osborne hace de anfitrión recibiendo a sus amigos, y no tanto. El último, Paco León, es del apartado de no tanto. La entrega siguió el esquema conocido, pero... Llega el invitado, toca a la puerta, se le ve que trae bolsas, quizá con regalos, es recibido por el dueño de la casa, se saludan con exagerada efusión, y pasan al salón grande, a la clásica escena del sofá.

Ahí es donde se charla sobre esto y lo otro, sobre la vida del invitado trufada con pequeñas confesiones del anfitrión, que suelen ser de contenido donjuanesco con las conquistas del gran macho. No vi el programa entero, porque me sobrepasa. Pero acerté a pillar uno de los momentos que definen no tanto al invitado como al anfitrión. Es la primera vez que el invitado se traga vivo, se come por las patas con patatas a Bertín, que enmudeció. Verás, decía Paco, cuando conocí a Ana, su actual pareja, con la que tiene a Manuela , su hija de cinco años, yo tenía novio, pero no Ana, el novio era mío. Es que yo tenía novias y novios, que alternaba, contaba con naturalidad el actor sevillano.

El otro, sentado en el sofá, se quedó paralizado, sin reacción, no sé si pensando que tenía que levantarse de allí por si se le pegaba algo malo, como el que no sabe si salir corriendo o seguir como si tal cosa. Siguió como si tal cosa. Gran error. Dejó claro que eso de tener novios y novias lo dejó loco. ¿Bisexual, o sea, Paco León es maricón?, parecían decir sus ojos, se leía en su silencio de tarugo. Que alguien hable de «estos temas» sin hacer chistes, sin que su «hermano gemelo» Arévalo hable de mariquitas sobrepasa al señor Osborne. Paco León, con fresca naturalidad, dejó KO al dicharachero cantante de rancheras.