La abuela ha parido. Y estamos encantados. No es un parto que nos quite alimentos por la llegada de otra boca abierta con gana de comerse lo que le echen, con la que está cayendo, con familias al borde de un abismo que sabe a necesidad perentoria. El parto de la abuela ha llegado con una película en el sobaco. Bueno, once. Ha sido un parto múltiple, de esos que sacan los informativos. Once, once criaturas. Lo bueno de este parto que no quita nada sino que da, es que se repite cada día. Paramount Channel, que forma parte de un conglomerado de empresas, compro el hueco de La 10, un invento inviable que tuvo que cerrar sin que la audiencia supiera apenas que existía.

Locuras, delirios, y cambalaches en el reparto de las TDT, porque La 10 era una de ellas. En ese conglomerado de canales, La Sexta3 es su competidor gemelo, ofreciendo solo cine. Paramount Channel ha inaugurado sus emisiones con la obra maestra de Francis Ford Coppola, El padrino.

Ha dicho la compañía que si consigue una audiencia del 2% se da por satisfecha. Así está la cosa.TVE aspira a mas, aunque cada día lo tiene mas difícil. El imparable desmantelamiento, con reflejo en la caída de audiencia, se nota desde que el PP llego al poder.

A la ausencia de presidente de la Corporación, desde que Alberto Oliart desapareciera del organigrama, se suma en tromba la anunciada renuncia del director, Santiago González, y la que ya hizo Lola Molina, jefa de programación, que se fue a Antena 3.

Quizá el Gobierno espere a eso, a que solita se desmorone, perversa estrategia de desprestigio ya aplicado en sanidad, enseñanza, funcionarios… En ese ambiente, los padrinos, agazapados y a la espera, se frotan las manos y afilan molares.