Después del éxito de la película Gladiador, se reeditaron con gran éxito las Meditaciones que el emperador de Roma y filósofo Marco Aurelio escribió mientras luchaba contra los germanos. Como vivimos en los tiempos que vivimos, las Meditaciones de Marco Aurelio se presentan (se venden) como un libro de autoayuda aunque, si bien es cierto que el filósofo escribió ese libro para sí mismo, las palabras de Marco Aurelio tienen que ver más con las confesiones o las consolaciones filosóficas que con la autoayuda o la psicología aplicada.

Pero no le demos más vueltas. Gracias al general-gladiador Máximo y a su sed de venganza contra el emperador Cómodo, las Meditaciones comparten estantería con los libros de Punset. No está mal.

Aunque el éxito de Juego de tronos es anterior a su brillante adaptación televisiva (Canal + emite los lunes la segunda temporada), es normal que muchos seguidores de la serie compren las novelas de George R. R. Martin para comprobar si el trono televisivo de los siete reinos está a la altura de la canción de hielo y fuego imaginada por el escritor estadounidense, y si las luchas por el poder y todos esos miserables sin escrúpulos que mueven las tramas de la serie han salido del papel o son un recurso televisivo.

Juego de tronos es una excepcional serie televisiva que no traiciona ni el espíritu ni la letra de las novelas de George R. R. Martin, pero me pregunto si leer las novelas después de ver la serie hace que cometamos con Juego de tronos los mismos errores que es fácil cometer al leer las Meditaciones de Marco Aurelio después de ver a Richard Harris en Gladiador.

Juego de tronos no es un libro de autoayuda, ni tampoco una consolación filosófica, ni un ejercicio de psicología aplicada, ni unos ejercicios espirituales que nos preparan para la llegada del invierno.

Pero, si se trata de competir con Punset en las estanterías de las librerías, admitamos que Juego de tronos es todo eso y mucho más. Puede que Nuestra es la furia, Un Lannister siempre paga sus deudas y Se acerca el invierno, lemas de las diferentes Casas de Juego de tronos, tengan más chicha filosófica y psicológica que Viaje al optimismo, Viaje al poder de la mente o El alma está en el cerebro, obras de Punset que no resistirían ni un asalto a Tyrion Lannister.