Que buen programa, que buen equipo, que buenas ideas, que bien sienta esta televisión de pulso actual que nos suele dar un tortazo de realidad aun más infame que la que aquí vivimos. En portada mira a su alrededor ofreciendo calentita la vida en otra dimensión.

Esta semana, en el Canal 24H, En portada viajo a Ghana, el país de la Costa del Oro, el país que se ha hecho un hueco en los noticiarios por muchas razones, y no siempre de carácter negativo, es más, Ghana es hoy un país en alza, un referente mundial, tanto en lo político como en lo económico –es el segundo, después de Catar, en crecimiento-, pero sigue siendo, tal como vimos en el trabajo de Cosima Dannoritzer en Comprar, tirar, comprar sobre la obsolescencia programada, uno de los vertederos africanos de los desechos electrónicos que les envía el primer mundo, la mayoría de las veces bajo el amargo amparo de una solidaridad que se revela envenenada. Mero trafico de basura.

Hasta ese infierno de los suburbios de Accra, la capital del país, se acerco el equipo de En portada para recoger imágenes de una belleza casi apocalíptica, con humaredas tan oscuras como peligrosas, respiradas por críos y adolescentes que al cabo del día pueden llevar a casa menos de dos euros destripando ordenadores para sacar de sus entrañas las diminutas venas de cobre, metal en alza.

Ciberbasura sin fronteras, guion de Esther Vázquez, realización de José Jiménez Pons, e imagen de Pablo Balsa, fue una entrega brillante que dio voz a quien es consciente de arruinarse la vida para mal ganársela, y a funcionarios ghaneses que piden que nuestros gobiernos impidan la salida de tanto barco cargado de chatarra electrónica porque la mierda es mierda en todos lados