Uno entiende que una cadena de derechas la lie cada noche no contra Rajoy, que es el que gobierna, sino contra todo lo que huela a partido socialista, y que sus mantenedores se aturullen quitándose la palabra a ver quién va más lejos no en los razonamientos sino en los raciales e irracionales argumentos con los que alimentan a una audiencia que quisiera llegar más lejos. Uno entiende que cadenas con ideas más a la izquierda aborden la actualidad desde una lectura contraria. Es el juego.

Y cada cual sabe donde esta, que elige, y porque lo elige. La Sexta tiene una línea editorial conocida, pero hasta Al rojo vivo, el programa que dirige y presenta Antonio García Ferreras, guarda las maneras, invita a unos y a otros, incluso sienta a su mesa a personajes estrambóticos que cumplen su función, animar al cotarro con sus extravagancias ideológicas. Pero hay otras cadenas que uno no ve porque lo que emiten apenas le interesa, y cuando una noche anuncian un programa que puede clarificar muchos aspectos, uno, ingenuo, va y se pone ante la pantalla hasta que el insulto es tan burdo que ya no aguanta, y deja la monserga solo apta para los que de antemano están convencidos. Hablo de 13tv, la tele de los obispos.

El especial se llama La iglesia al descubierto, un gancho que podría haber firmado Jordi Évole para su Salvados. La papilla catequística fue tan empalagosa y mentirosa que ni siquiera se guardo un mínimo de prudencia periodística. Todo el reportaje giro en torno a lo mucho que hace la empresa católica y lo poquísimo que recibe, y que aún estamos a tiempo de corregirlo marcando como locos la famosa casilla. Al frente del publirreportaje, la hermana Inmaculada Galván. Que dios los perdone.