Mucho se ha hablado de la perversa «rueda» de la SGAE en las televisiones. Pero que yo sepa poco se ha dicho, por no decir nada, acerca de otros contenidos con los que la televisión pública ha completado la programación de las madrugadas. Me refiero al cine participado por la casa. Durante los últimos tres meses, La 2 ha instalado un nicho denominado también 'Versión española', en donde sin prisa, pero sin pausa, y a razón de cinco largometrajes por semana, se han emitido películas que tenían en stock, y que da la impresión no se sabía muy bien qué hacer con ellas.

La lista es heterogénea. Las hay que son coproducciones con Latinoamérica. Otras 100% españolas. Pero en cualquier caso lo que llama la atención al aficionado es que algunas, no pocas, son tremendamente malas. Cuando no muestran directamente los límites de la incompetencia. Esta semana, por ejemplo, hemos podido ver 'Antes de morir piensa en mí', de Raúl Hernández Garrido, y 'Óscar', una pasión surrealista, de Lucas Fernández. Ambas nefastas. ¿Quién podría apoyar proyectos semejantes? ¿No se veía a una legua que estaban condenadas a estrellarse?

Se supone que Televisión Española participa en determinadas producciones cinematográficas para apoyar el audiovisual, beneficiándose al contar con los derechos de emisión. Pero resulta que algo falla en esta rueda. Las películas apoyadas son tan malas, tan poco estimulantes, que es la propia televisión pública la que las acumula en las estanterías cogiendo polvo. Decidiendo emitirlas, antes de que caduquen los derechos, a las horas más intempestivas posibles. Más que nada para que no hagan daño a las cifras de audiencia, que serían desastrosas a cualquiera otra hora del día. Se habrán emitido más de 60 títulos y nadie ha dicho nada.