Estupefactos nos hallamos. Sin dar créditos a lo que vemos. Al comprobar que, con motivo de la celebración del 75 aniversario de RNE, han convertido a La1 en una tom, tom, tómbola, desde la que se sortean coches, motos, viajes y mucho dinero. Al principio se anuncio que serian varios Míster quienes se harían cargo de las conexiones nocturnas.

Finalmente son Juan García y Blanca Belloch los responsables de presentar los microespacios que se emiten en horarios de máxima audiencia, en los que se incita a llamar a un teléfono 905 y a participar en los sorteos enviando mensajes.

Como en los mejores tiempos de los programas de José Luis Moreno. Para dar lustre al desaguisado, también se cuenta con la participación de los iconos de la radio pública, que pasan rotativamente. He evitado verles, porque me salen sarpullidos, pero por allí pasan Juan Ramón Lucas, Toni Garrido, Pepa Fernández y Chema Abad. Pero ninguno de ellos, o todos en bloque, en la reunión correspondiente, le habrá dicho al cerebro de la idea que eso es un disparate. Que lo mejor para celebrar el cumpleaños es el trabajo bien hecho cada día, y que si los que están en la cúpula de la casa quieren darnos un premio, lo mejor que pueden hacer es batirse el cobre por conseguir que la radio pública continúe siendo el referente que ha sido en los últimos tiempos.

Mi premio son los 13 años de No es un día cualquiera, los 25 de Cuando los elefantes suenan con la música. Mi premio es saber que existen y van a seguir existiendo Radio 3 y Radio Clásica. Y El ojo crítico, El séptimo vicio o Siluetas. Pero esta tómbola hace muy flaco favor a RNE y a La 1.