Menudo chollo han encontrado las televisiones privadas con el cine español. Están obligadas a invertir un 5% de su producción en el fomento del audiovisual, y bien que han sabido hacer de la necesidad virtud.

Transcurrido medio año, lidera la tabla de recaudación ‘Es por tu bien’, una comedia facilona que ha recaudado 10 millones de euros. Mucho más de lo que costó. Idéntica situación vivió ‘Cuerpo de élite’, un disparate de dudoso gusto con chistes regionales, que no sólo arrasó en las taquillas, sino que ya mismo se está reconvirtiendo en serie.

¿Pero qué ocurre con el cine que se produce al margen de las televisiones privadas? Respondamos primero con el caso particular de TVE, que distribuye sus ayudas económicas entre numerosos títulos a lo largo del año. Títulos que, por lo general, pinchan estrepitosamente en taquilla. Sucedió con el primero de los que llegaron este 2017 a las carteleras, ‘Proyecto Lázaro’, y siguió con ‘Órbita 9’, ambas películas de género que apenas congregaron el fin de semana de su estreno a 10.000 espectadores. Esta misma semana la comedia woodyallenesca ‘Mil cosas que ahora por ti’ apenas fue vista por 4.000 espectadores en las 71 salas en las que se proyectó.

Ítem más. Qué es lo que pasa con el cine de prestigio, festivalero, que recibe los parabienes dentro y fuera de nuestro país, cuando se estrena. En ese caso, la cifra de los 4.000 espectadores se convierte en un techo a romper. No más se interesaron por ‘No sé decir adiós’ el fin de semana de su estreno; o por ‘Últimos días en la Habana’. Son los que sólo si sucede un milagro verán ‘Verano 1993’, ‘Julia Ist’, ‘Brava’. Buenos ejemplos de películas vistas por mucha más gente en los festivales que en las salas de toda España. Cine para 4.000 espectadores.