¿A quién quieren más, a papá o a mamá? Ni se molesten en contestar. Ahora la pregunta, actualizada a los tiempos que corren como un pollo sin cabeza, es otra: ¿a quién quieren más, a papá o a Papá Noel? Es lo que aprendimos esta semana viendo la tele.

La semana pasada comenzó con los informativos mezclando imágenes del carnaval con un miembro de la patronal cantando "A Laponia hemos de ir". Lo que no nos explicaron es por qué el pobre José Luis Feito actuaba sin el resto de la chirigota haciendo los coros, con lo que ganan estas letras satíricas cuando cantan todos los amigotes juntos.

¿A Laponia? Pues un par de días después, TVE remitió el Españoles en el mundo dedicado a los compatriotas que ya marcharon a trabajar a la tierra de Papá Noel antes de que se lo hubiera recomendado ninguna chirigota unipersonal. ¿Qué Laponia no le hace tilín? No se preocupe, la misma tele que le dio el disgusto de querer trasplantarle a Laponia para sobrevivir le ofrece la solución: siempre puede volver a enraizar en casa de sus padres.

El Comando actualidad de esta semana se tituló Otra vez en casa. En casa de papá y mamá, se entiende. Vimos un desfile de ciudadanos que, como se dice ahora, "vivían por encima de sus posibilidades": su tren de vida era un lujo continuo porque se permitieron caprichos como ganarse la vida con su trabajo, emanciparse, casarse o vivir en una vivienda con techo y todo. Francisco y su mujer, por ejemplo, ahora mantienen trabajos precarios en los que ganan poco y no cobran regularmente.

Desmontaron su casa y se volvieron a vivir con sus padres, en pueblos diferentes. Al precio que está la gasolina visitarse una vez a la semana es mejor que nada. Cualquiera puede ser el siguiente, así que vayamos pensando, ¿a quién queremos más, a papá o a Papá Noel?