"Me aburro, me voy a cultivar mi huerto", declaró cuando decidió abandonar el exitoso programa Sé lo que hicisteis. El sarcasmo y la ironía son las principales armas de este cómico que finalmente dejó de lado los tomates y las lechugas para lanzarse al teatro con la comedia musical Nunca es tarde.

-Nunca es tarde va de un tipo que decide abandonar un programa de televisión de éxito y cambiar radicalmente de vida. Esta historia le va a sonar a muchos...

-Es ciencia ficción (risas)... No puede sonar a nadie. Intentamos jugar con la idea de mezclar realidad y ficción. Cuando me llamaban para realizar entrevistas, contestaba que siendo catalán no podía darlas gratis y pensé en montar un musical. Es divertido crear a un personaje que combina una idea real con otra imaginaria, el concepto de dejar todo e irse a hacer bicicletas de alambre a Ibiza, algo que en algún momento todos nos hemos planteado. Ya no sabemos qué es realidad y qué ficción. Nos hemos vuelto locos del todo.

-Ha cambiado la televisión por el teatro y además canta durante la función...

-Hemos decidido fracasar en todos los aspectos posibles, pero de una sola tacada. Pensamos en hacer una obra de teatro y fracasar y luego grabar un disco para fracasar también. Al final decidimos montar este musical, que es una forma de fracasar en los dos negocios que, sin duda, generan más dinero en este país.

-Declaró que va a hacer un favor a la música porque cuando los espectadores escuchen sus versiones van a ir de cabeza a comprarse los originales...

-Animamos a los músicos a que vengan a vernos, hay muchos que tienen complejos y van a salir pensando que si esta gentuza se atreve a subirse a un escenario, ellos podrían llenar el Madison Square Garden.

-¿Qué es lo mejor y lo peor del teatro?

-Lo mejor es que después de tanto tiempo ya casi nos sabemos la obra y lo peor es que el teatro tampoco es el negocio del siglo. Y la pequeña broma que han tenido de pasar el IVA del 8 al 21% va a ser lo peor. Bueno, este formato tiene cosas muy buenas, como la reacción inmediata del público. Existe un contacto real. Cuando una broma funciona la gente se ríe. En la tele los espectadores están a muchos kilómetros de distancia.

-¿Echa de menos la televisión?

-Cuando echo de menos algo de la tele, la pongo y se me pasa enseguida. Para los cómicos la tele no es un medio interesante, no tenemos libertad.