¿Ya no quedan caballeros como los de antes?

De todo hay. El de Olmedo es para enamorarse de él, desde luego. Pero también hay damas maravillosas en los clásicos. Con esta Doña Inés tuve un flechazo. Fue amor a primera vista.

Su Bandolera también era de armas tomar. ¿No le va la mujer apocada?

Prefiero encarnar a mujeres de carácter fuerte. Son más divertidas. Aunque hay ingenuas divinas. Ya se sabe que las mosquitas muertas son las peores (risas).

¿Cuál es el veneno del teatro?

Se llama adrenalina.

¿Nada cómo actuar, pues?

Casi. Me encanta trabajar. Tengo ganas de hacer una comedia romántica para la pantalla grande.

¿Y con qué detesta perder el tiempo?

Detesto perder el tiempo. Punto.

¿Qué le indigna?

Que los que roban salgan impunes, la indolencia, la incompetencia de gentes con egos descomunales, el maltrato animal... como lo del toro de la Vega.

¿Y cómo se le pasa el enfado?

No tengo fórmula mágica. Ojalá. Intento aplicar a cada problema una solución.

¿Cómo se define más allá de lo que dice su web? Despistada, impaciente...

Como alguien que no se sabe definir.

¿Disciplinada?

Sí. Creo que es necesario. Aunque pienso que la disciplina no es enemiga del ocio.

¿Hubiera sido feliz en un internado?

Ni siquiera en uno tan entretenido como el de la serie. Fui a un colegio concertado, pero si no se siguen cargando la educación, los públicos son estupendos.

¿En qué cree que se le nota que estudió Periodismo?

¿Se me nota?

Nació en Cantabria. Recomiende un lugar de su tierra que pocos conocen...

No sabría por dónde empezar, pero las pequeñas calas de Soto de la Marina o La Maruca serían imprescindibles.

Ese viaje pendiente la llevará a...

Nueva York, con mi madre.

Para viajar, ¿avión, barco, coche, bicicleta o la imaginación?

Me gusta el tren. Ahí también puede volar la imaginación.

¿Qué está leyendo? ¿Merece la pena?

Sauce ciego, mujer dormida, de Murakami, y Vivir adrede, de Benedetti. Ambos merecen la pena.

¿Qué música le gusta y cuál detesta?

Me encantan Joaquín Sabina, Tony Zenet, Amy Winehouse. No soporto el techno ni el house.

Dijo que le gustaría vivir una vida más canalla con banda sonora de Sabina...

Sí, pero con la boca chica. No es el estilo de vida que prefiero. Soy casera.

Por cierto, su casa, ¿cómo es?

Home sweet home.

¿Algún objeto muy querido?

Un anillo que me regaló mi chico.

¿Es de buen comer?

Como chica del norte que soy, me gusta mucho comer. Me encanta la comida japonesa, la tortilla de patata, un buen filete de ternera y el queso curado.

¿Tiene algún restaurante favorito?

La Bombi, en Santander, no falla nunca En Madrid me quedo con el Cabreira y su terraza en la plaza del Dos de mayo. Y La Ancha, con su escalope de ternera.

¿Y para beber?

Un buen vino tinto como el Ànima Negra.

¿Busca redención en el gimnasio?

Bueno, suelo ir a pilates y jugar al pádel.

¿Adicta a las series?

¡Claro! Me encantan Homeland, Friends, Modern Family, Juego de Tronos... Y Galerías Velvet, que nos queda de lujo.

¿Algún vicio confesable más?

El chocolate.

¿Cómo sería su velada perfecta?

Cada día puede ser perfecto. Hoy, por ejemplo. Iré al teatro a trabajar, a cenar a un japonés, después a casita y con una infusión repasaré mis secuencias de mañana. ¡Todo, muy bien acompañada!