Los "reality shows" que coparán en los próximos meses las parrillas televisivas han abandonado la vertiente sensacionalista que impulsó su éxito para decantarse por formatos aptos para todos los públicos y centrados en el talento y la supervivencia.

Los programas más prometedores fueron desvelados la semana pasada en Cannes durante la celebración del MIPTV, el principal mercado internacional del sector, apuntan a un género en el que los concursantes compiten más contra sí mismos que contra el resto.

El sueco "Blindfolded", de ESG, ofrece hasta 50.000 dólares (unos 47.000 euros) a todo valiente que supere un reto al que ha sido conducido con los ojos vendados y que descubrirá justo en el momento en que tenga que enfrentarse a él.

Pasado cada nivel, el programa le tienta con dinero en efectivo para que se eche atrás, recompensa que no tienen los participantes de "The raft", que llegará en abril a la televisión estadounidense y abandona a dos desconocidos en un bote salvavidas.

El premio, según destacó la cofundadora de "The Wit", Virginia Mouseler, gurú del sector que rastrea las productoras en busca del siguiente éxito, es salvar su propia vida, bien porque por sus propios medios lleguen a tierra firme o bien porque, como medida extrema, recurran a la radio de emergencia.

El panel dedicado a la telerrealidad, que cada año agota el aforo de la feria, mostró además que las nuevas apuestas cuestionan las prioridades de los concursantes.

"A veces tienes que perderlo todo para averiguar quién eres realmente", subraya el danés "Stripped", estrenado en enero, y que deja a cuatro jóvenes desnudos en su respectiva casa, también vacía, con la posibilidad de recuperar solo una cosa al día durante un mes.

Contra sí mismos compiten igualmente los participantes en el sueco "Faternity leave", que ofrece una baja laboral pagada de seis meses a gente a la que su sobrepeso le causa problemas en el trabajo, y que en ese tiempo tendrá que reinventarse para superarlos.

La lucha que se avecina, en algunos casos, es mental, como la que presenta el holandés "Father's pride", que lleva a cuatro gays y a sus padres, que no aceptan su homosexualidad, a un viaje extremo por la selva argentina en un intento por restaurar sus relaciones.

Las condiciones en las que algunos son descubiertos ante la audiencia, no obstante, distan a veces de ser las adecuadas: El húngaro "Hangover", estrenado en diciembre, enfrenta a gente con resaca a la que solo se le ha dejado dormir dos horas, tras una encerrona orquestada por sus amigos.

"Las resacas pueden ser divertidas, especialmente cuando otra persona las tiene", asegura un formato que contenta a los ganadores con aspirinas, ibuprofenos o un desayuno completo.

La próxima temporada, de cumplirse las previsiones, pondrá especial hincapié también en las dotes musicales de sus protagonistas, con programas como los holandeses "Superkids" y "The orchestra of the nation", el noruego "When the orchestra came to town" o el francés "Prodigies".

El amor no ha desaparecido de las ideas de los productores, pero es explorado desde nuevas dimensiones: el estadounidense "Surviving marriage" facilita una terapia radical a parejas al borde del divorcio, y el sueco "Pray for love" acompaña a pastores evangélicos en busca de su media naranja.

Los nuevos programas no dejan de lado la implicación de la audiencia desde casa, que puede dar pistas o confundir a los participantes a través de las redes sociales, como en el sueco "Run!".

Y mantienen también formatos más tradicionales, como "The assembly game", de La Competencia/Televisa, en el que los concursantes tienen la doble misión de responder correctamente a las preguntas y completar pruebas inspiradas en una particular cadena de montaje.

La venta, adaptación y exportación de estos formatos está en juego hasta el próximo jueves en MIPTV, que ha concentrado en esta 51 edición a más de 11.000 participantes, incluidos entre ellos cerca de 4.000 compradores.

"La industria se mueve tan rápido que juntarla a toda en un mismo lugar, con los nuevos productores y los estudios tradicionales y recién llegados, es extremadamente importante para crear aquello que la audiencia espera ver", explica a Efe Laurine Garaude, directora de la empresa organizadora de la feria, Reedmidem.