David Bustamante ha llegado a la casa de Bertín Osborne con la intención de desnudar su alma y demostrar a todos los espectadores que sigue siendo la persona sencilla y humilde que entro en la primera edición de Operación Triunfo.

Mucho ha cambiado la vida de David de hace 15 años a hoy, y es que antes de convertirse en un cantante de éxito gracias al programa Operación Triunfo, David trabajaba en la construcción como albañil. Profesión en la que empezó a los 15 años para dejar el sueldo en casa y por la que no se trasladó a Madrid para probar suerte en el fútbol, ya que el sueldo era menor, mientras soñaba con cantar y alegraba la jornada de sus compañeros con sus cantes.

Pero David soñó tan fuerte que reconoce que su sueño se cumplió y con 19 años le llamaron para el casting del talent show, al que fue recién llegado de la playa y sin preparárselo. Sin embargo, Noemí Galera reconoció que las ganas de David y su carisma conquistaron al jurado y pasó a formar parte de la lista de concursantes de la primera edición.

Aunque el programa de TVE cambió su vida y siempre estará eternamente agradecido, Bustamante ha reconocido en Mi Casa es la Tuya que el salir de la academia y la presión mediática fue un shock que le paso factura: "Después de tres meses encerrado salí de la academia y había gente con camisetas con mi foto y a mí me iba a estallar la cabeza", reconoce el artista que recuerda sus inicios con mucho cariño, pero como una locura que jamás esperaró y que fue muy difícil de llevar por la pérdida de privacidad.

David reconoce a Bertín que también le afectó mucho que de repente en su pueblo la gente le tratase diferente por ser famoso y que las personas que toda la vida le habían llamado Titín, mote familiar, le tratasen por Bustamante o se le quedasen mirando con asombro.

Pero a pesar de que al principio confiesa que no decidía el camino de su carrera ni la gestión de su trabajo, con los años y mucho esfuerzo David Bustamante ha conseguido posicionarse entre los grandes de nuestro país y recorrer el mundo con su trabajo, aunque esto esconda su lado más desolador.

Bustamante le contó a Bertín que durante mucho tiempo lo pasaba fatal después de acabar un concierto y estar alejado de su casa, ya que pasar de estar cantando para 20.000 personas a la soledad total de la habitación de un hotel le llevó a sufrir mucho en silencio. Esto desencadenó que acabase con ataques de ansiedad y pánico antes de enfrentarse a un concierto.

Pero el artista ha reconocido sin ningún prejuicio que se puso en manos de un profesional y que con ayuda psicológica trató todos estos pequeños traumas que se fueron enquistando durante su carrera.

Aunque le cuesta mucho separarse de ellas, su mujer Paula y su hija Daniela, son la mejor terapia para el cantante y solo tiene palabras de emoción para sus mujeres: "No imagino mi vida sin ellas, no sé cómo era antes".