El cuarto pase de MasterChef Junior estuvo lleno de juegos y diversión, pero el nivel de exigencia del jurado no bajó ni lo más mínimo porque los jóvenes aspirantes se jugaban el pase a la final y era el momento de demostrar si todo lo aprendido hasta ahora se reflejaba en los platos.

Además, la repesca de dos de los concursantes eliminados demostró que un mal día lo tiene cualquiera, como lo tuvieron en su día Natalia y Jefferson, que demostraron su buen hacer en los fogones y su motivación, motivos suficientes para que Samanta Vallejo-Nájera, Pepe Rodríguez y Jordi Cruz tuvieran claro que se habían ganado con creces su pase a la semifinal, en la que tendrán que medirse con los cuatro salvados tras la prueba por equipos: Paula, Paloma, José Enrique y Álex. Pero cuidado, la seguridad de estos aspirantes y su cierta prepotencia en la galería podría jugarles una mala pasada en el próximo pase.

Revolcón masivo de masa pastelera

Con tres mangas pasteleras gigantes encima del jurado, los siete aspirantes arrancaron con los marcadores a cero y con la amenaza de abandono para tres de ellos. Acertar el precio de un cupcake (1,07 euros) en función de sus ingredientes fue la manera de seleccionar a los tres equipos, con Alex, Paula y Estela como capitanes. El coqueto Lucas, finalista de Masterchef 3, pisó de nuevo las cocinas del espacio de La 1, sin su peinado punk, esta vez para poner nota a esos que podrían haber compartido competición con él hace apenas un año. El reto: elaborar el mayor número de cupcakes, con inmejorable aspecto y mejor sabor. Fueron Paula y Paloma, las alumnas aventajadas de esta edición las que se llevaron el aplauso del pequeño juez, sin embargo, nadie se salvó de las tres mangas pasteleras que amenazaban con chocolate, vainilla y fresa a los tres jurados y hasta Eva González terminó sin tacones, tirada por el suelo y embadurnada de una mezcla pegajosa con la que todos lo pasaron de lo lindo.

MasterChef Junior 4 - Un baño muy dulce para los jueces

Prueba por equipos al son de ‘Grease’

Miguel, a pesar de su juventud, se postuló una vez más como uno de los concursantes más carismáticos de esta cuarta edición. Su competitividad le pudo y estuvo centrado más en no ser superado por sus contrincantes que en la elaboración de los platos. A pesar de aprobar con las magdalenas y ganar la prueba por equipos, el riojano con toques flamencos no estuvo a la altura de un buen capitán. Creyó que siendo duro y dedicándose a mandar se ganaría el respeto de sus compañeros y del jurado, pero además de estar totalmente perdido, salió por peteneras a hacer de camarero en cuanto tuvo la oportunidad, dejando a su equipo sin liderazgo en los momentos críticos. Si no llega a ser por ellos, ni lo platos habrían llegado a tiempo a los comensales de Micrópolix, donde se llevó a cabo la segunda prueba, ni hubieran sido valorados positivamente por los jueces. Por cierto, entre los invitados estaban las hijas de Samantha, exigentes; la sobrina de Jordi Cruz y la ahijada de Eva González, todos paladares exquisitos.

En este punto del programa, destaca el momentazo Grease, con tupés y chupas de cuero incluidos, que nos brindaron Jordi Zuko, Eva Sandy, Samantha Rizzo y Pepe Kenickie, demostrando una vez más que en esta versión mini se lo pasan mejor los adultos que los niños, aunque parezca difícil.

Postres para la repesca

Y en este punto de la competición es cuando aparecieron todos los expulsados para hacerse cargo de los postres. La repesca estaba servida. La mousse de Natalia y la macedonia de frutas de Jefferson fueron el prólogo de su buena actuación. Ambos dejaron claro que llegaban dispuestos a regresar con fuerza al concurso y no solo hicieron unos platos exquisitos y muy bien presentados, sino que tuvieron tiempo de sobra en su elaboración y hasta pudieron ayudar a algunos de sus contrincantes más agobiados. Mientras, y por primera vez en el espacio, el equipo rojo estuvo a punto de amotinarse contra su capitán, Miguel, pero no hubo el suficiente valor ante posibles represalias de los jueces.

Desafío final verdulero entre pitufos

El último reto empezó con los adultos disfrazados de Pitufina, papá Pitufo, Pitufo Gruñón y Gargamel, una imagen que seguramente ninguno de ellos olvidará nunca y que sirvió para introducir el desafío final: cocinar las verduras con el mismo mimo que el gallego Javier Olleros, chef de Culler de Pau con una estrella Michelín, cuyos platos debieron reproducir Miguel, Natalia, Estela, Jefferson y Kaitín, ante la atenta mirada de los cuatro seguros semifinalistas: Paula, Paloma, José Enrique y Álex, que en su intento de apoyar desde la galería a su amiga vasca lograron justamente lo contrario. No era fácil la bravata, pero, con mayor o menor acierto, todos pusieron lo mejor de sí mismos sobre la cocina. La bilbaína fue la que más difícil lo tuvo, ya que tuvo que hacer un postre con remolacha, introduciéndole ajo, como el resto de sus compañeros, y lo que salió de ahí fue un caldo incalificable. Al igual que los guisantes en caldo de mejillones elaborado por Miguel, que olvidó la cantidad de mantequilla y que era solo la sopa del molusco, nada de bicho y cáscara acompañándolo; y tampoco acertó la de Avilés con su propuesta de menestra de espárragos, que no contenía siquiera el ingrediente principal.

MasterChef Junior 4 - Un baño muy dulce para los jueces

Seis semifinalistas

Por el contrario, la madrileña, al igual que en la etapa anterior, se afanó en reproducir el puré de zanahoria con una presentación que a Samantha le gustó más que la del propio Olleros y con un sabor al que solo le faltaban muy pocos ingredientes. Pero más sorprendente fue el británico afincado en Cádiz, el más pequeño junto a Abel, cuyos canelones de berza, que jamás había comido ni cocinado, con trufa dejaron sorprendidos a los jueces, en especial al chef catalán. El pequeño catador de esta edición le robó todo el protagonismo a Miguel, su mayor contrincante y logró el más difícil todavía, preparar el plato y llevarlo a la mesa de presentación sin comérselo por el camino. Eso y su atrevimiento tratando de innovar y llevando su proposición un pasito más allá que el propio Olleros le procuró el pase a semifinales junto a Natalia, dejando fuera de juego a Kaitín, Estela y Miguel, que se fueron menos abatidos gracias a los regalos de Reyes que les tenía reservado una Eva González que disfruta de lo lindo con los más peques...