A José Antonio León (Santa Eulària, 1981) le gusta perderse por las calas de Ibiza o dar una vuelta por el interior de la isla para desestresarse de su trabajo. Ser reportero de ´Sálvame´ es, a veces, una profesión de alto riesgo.

–Está en el programa desde 2009 como reportero de la zona de Andalucía. ¿Cómo comenzó?

–Estaba trabajando por entonces en un programa de reportajes sociales en Canal Sur 2. Era sobre discapacidad, integración, maltrato y violencia de género. Nada que ver con temas de corazón. En ´Sálvame´ estaban buscando un reportero para Andalucía. Les envié unas fotos, unos vídeos y me dijeron que tendría que pasar por un casting. La prueba consistió en ir a Ubrique, de un día para otro, y conseguir declaraciones de alguno de los miembros de la familia Janeiro. Por entonces no tenía ni idea del mundo del corazón. De ´Sálvame´ solo sabía que era un programa que se creó a raíz de ´Supervivientes´.

–¿Y consiguió declaraciones?

–Tengo un amigo en Arcos de la Frontera, que es donde tiene la casa Jesulín de Ubrique, que me orientó un poco pero al final no conseguí ninguna declaración. Lo que sí hice fue una especie de ´ruta de los Janeiro por Arcos de la Frontera´. Me fui al mercadillo, al aparcamiento... y al final quedó una cosa muy graciosa con testimonios de gente que le había aparcado el coche a Humberto Janeiro, de una mujer que había limpiado en casa de Jesulín... Yo no tenía idea alguna de temas del corazón y no conocía la zona. Pero hice algo divertido. Tres semanas después me llamaron y me dijeron «hoy te damos de alta, así que vete corriendo a Ambiciones, que tienes un directo». ¡Y no había hecho nunca un directo!

–Ser reportero de calle en un programa como este ¿es una profesión de alto riesgo?

–Pues hay varias formas de tomártelo. Está el reportero que yo llamo ´inquisidor´, que lanza la pregunta y le da igual la situación y el personaje. Puede que consiga más espectáculo pero, la mayoría de las veces, no consigue información. El buen reportero sabe compensar espectáculo, humor e información, porque si no tienes información no tienes nada. No le puedes preguntar a la duquesa de Alba acerca de Urdangarin en un acto sobre la esclerosis múltiple como sucedió hace unos días.

–¿Usted lo evita?

–El famoso se puede enfadar y el problema no es que no te conteste hoy sino que no te va a contestar nada nunca más. Muchos de los personajes que antes en Andalucía no hablaban con ´Sálvame´ ahora sí lo hacen. Me llevo bien con personajes como Jessica Bueno o con la duquesa de Alba, que antes no podían ni ver el programa. Chiquetete ha demandado a ´Sálvame´, pero a mí me da información.

–¿Se ha visto implicado en alguna situación rocambolesca?

–La gala Starlite de Málaga, con Antonio Banderas y Eva Longoria. Además coincidía con que Michelle Obama estaba en Málaga. Éramos como 300 medios acreditados. Hubo pisotones... de todo. En esas galas no se trabaja bien. Pero la situación de más riesgo en la que me he visto implicado fue la salida del hospital de Ortega Cano tras el accidente. Persecuciones hasta la finca en coche, adelantamientos de paparazzi para conseguir las fotos en la curva donde había tenido el accidente... Casi nos sacan de la carretera. Uf. Cayetano Martínez de Irujo sí que es de alto riesgo. Supuestamente suele amenazar a los compañeros y los periodistas. Si no le gusta una pregunta interroga al periodista sobre para qué programa o qué medio trabaja para ´hablar con los directores´.

–¿Se lo ha dicho a usted?

–Directamente no, porque siempre intento hacer las preguntas con humor. Pero sí le he visto hacerlo con otros compañeros.

–La impresión que da viéndole trabajar es que le divierte lo que hace.

–Sí, me divierte lo que hago. Estoy en el mejor trabajo que he tenido nunca. He hecho de todo, como cargar pollos en un camión. Tenías que coger tres pollos en cada mano para ir más rápido. No veas lo complicado que es ponerte tres pollos en una mano cuando ya tienes tres pollos en la otra [risas]. Tres o cuatro horas de trabajo te las pagaban con 500 pesetas o dos pollos, podías elegir [risas]. He repartido páginas amarillas, he estado tres años en la vendimia en Francia, he trabajado en hoteles en Ibiza, de camarero, relaciones públicas, administrativo, dependiente... No empiezo a trabajar de periodista hasta 2006. Me costó muchísimo. Estudié Periodismo pero llevaba años desconectado.

–Pero los horarios de un programa como ´Sálvame´, las guardias interminables en Ambiciones o Cantora... parece una locura.

–La inestabilidad horaria me da estabilidad emocional. Parece una incongruencia pero el no tener un horario establecido hace que esté mucho más activo y feliz. Yo no tengo horarios. Hay días en que me acuesto a las 2 o 3 de la mañana después de una gala, otros en que me levanto a las ocho porque me tengo que ir a Marbella corriendo y otros en que empiezo a las once. Eso no me importa porque el trabajo es divertido. Trabajar de lo que te gusta o para lo que has estudiado no es tan fácil, está muy bien. Pero veo que muchos compañeros no lo valoran. La prensa del corazón es un espectáculo. Tienes que tomártelo con humor, tiene su parte de verdad y su parte de teatro.

–Pero habrá algo malo...

–Las guardias son lo peor. Delante de Ambiciones, Cantora, Hierbabuena, que es la casa de Ortega Cano... O en la casa de Chiquetete o de Manolo Santana. En Ambiciones puedes llegar a las nueve de la mañana e irte de las nueve de la noche. Con calor, con frío. Y ahí estás, en el coche, con el cámara, comiendo bocadillos y bebiendo agua para no deshidratarte en verano, cuando podemos estar a 40 grados.

–Y más vale llevarse bien con el cámara.

–Son majetes.

–¿Se llega a entablar amistad con algún famoso?

–Sí, se entabla amistad. El que es famoso realmente sabe cómo funciona la prensa del corazón. Sabe que hay que separar el momento de hacer las preguntas del momento de intimidad. Coincido como 20 veces al mes con la duquesa de Alba, que puede ser o parecer inaccesible, pero que a mí me cuenta confidencias [la imita]: ´es que hay un fotógrafo que me tiene manía´. Yo sé diferenciar cuando un famoso está en un momento íntimo de cuando está en uno público. Algunos famosos me ven de noche, en una discoteca, y me rehuyen. Pero yo sé distinguir perfectamente. Hay mucha información que sé y que no voy a contar.

–¿Hay famosos más simpáticos de lo que parecen y, al contrario, que van de encantadores y resulta que lo no son?

–La duquesa de Alba tiene sus momentos de cabreo pero ¡es que es una abuela! Es normal que se enfade cuando la acosan. Pero todo el mundo le habla con mucho respeto y es amable, afable y humilde. Falete tiene, en público, una mala leche impresionante pero es súper bonachón y muy buena gente. La Pantoja da aspecto de ser súper fría y estúpida y para nada, es muy Maribel, que es su nombre real. Muy ´mari´, muy de su casa, muy cercana y muy simpática. Fran Rivera es muy cordial conmigo pero me han comentado que, en las distancias cortas, es mucho más distante y creído.

–Parece comprensible que algunos famosos se harten de ciertos niveles de acoso.

–Si tú no tienes nada que ver con el mundo del corazón y de las revistas es normal que te moleste. Pero, por ejemplo, Arantxa Sánchez Vicario no puede pretender no tener gente en la puerta de su casa cuando ha hecho pública una noticia que hace daño a su familia. Si lo hace en privado no tendrá ese acoso de la prensa. Si tú sales voluntariamente en ´Hola!´ o ´Qué me dices´ y sacas dinero de todo eso no puedes pretender que no se te pregunte por ciertos temas. Mi compañera Belén Esteban se queja de vez en cuando de la prensa, pero toda la vida de Belén es pública, vende mucho. Ella entiende que tiene que haber periodistas en la puerta. Belén es muy buen personaje porque es muy natural.

–¿´La Esteban´ es como parece?

–Sí. Si tiene que comer en directo, come. Si alguien la insulta por la calle, ella se para y contesta. Esa naturalidad, que te puede gustar o no, es el valor que tiene.

–¿Le reconocen por la calle?

–Sí. A veces ves un corrillo que murmura: ´ahí está el reportero de ´Sálvame´. No me gusta que murmuren, prefiero que se acerquen y me saluden. A mi familia le resulta muy gracioso. Me encantan las señoras que se acercan, me cogen del brazo y me dicen ´ay, que te veo todas las tardes, que eres uno más de la familia´. Muchas me dicen que agradecen esa distracción, que se ríen mucho con el programa. Lo que no soporto es que me monten debates sobre el periodismo en según qué situaciones. Me ha venido gente a las seis de la mañana, en una discoteca, diciéndome ´oye ¿te gusta tu trabajo?´. La gente se cree en el derecho de comentar cualquier cosa porque sales en la tele. Algunos te vienen a dar lecciones de periodismo. Es como si a una administrativa le digo que me hable de nóminas y de cuánto sube el IRPF mientras se toma una copa. También viene gente borde que critica el programa. A esos les digo que no lo vean, que cambien de canal. Tienen más de cien canales. Pues cambia. El programa es lo que es: prensa del corazón pura y dura. No te engaña. En cambio, estás leyendo El Mundo, El País o el ABC, medios presuntamente objetivos, y ves perfectamente que te intentan colar un mensaje con una tendencia.

–Como reportero de ´Sálvame´ supongo que rechaza el término ´telebasura´ en el que han enmarcado el programa.

–Sí, me molesta. Ortega Cano es un personaje del corazón pero todos los informativos durante varias semanas estuvieron abriendo o incluyeron noticias sobre el accidente de Ortega Cano que, al fin y al cabo, no deja de ser un siniestro de tráfico. Delante de la puerta del hospital no solo había medios de comunicación del corazón sino una veintena de medios informativos generalistas. ¿Cuando tocas un tema de corazón te conviertes en telebasura? No creo que ´Sálvame´ sea telebasura. Es un programa del corazón con un formato novedoso que puede gustar más o menos. Me dicen que sacamos miserias, información ´basura´, pero a mí me parece mucho más duro preguntarle a una madre anónima sobre su hijo fallecido en un accidente. Lo que hacemos nosotros no es eso. Hacemos diversión. Más basura son los temas que abordan algunos medios que se catalogan a sí mismos como más serios.

–¿Cómo es Jorge Javier Vazquez?

–Jorge Javier tiene fama de no dejar hablar a los colaboradores, de tener un humor muy cínico y resulta que, al final, no es para nada así. Es una persona muy inteligente. Lo que ocurre es que hay que entender su humor. Estoy dando datos del Caso Malaya de Julián Muñoz y, de repente, me corta y me pregunta: ¿qué has comido hoy? Hay que seguir el juego. Te suelta cuatro cosas en directo pero es para divertirse. Es muy majo. Yo no estoy mucho por Madrid, porque trabajo en la zona de Andalucía, pero desde el primer día que nos vimos me pareció muy simpático.

–Nació en Ibiza pero lleva muchos años fuera de la isla.

–Yo siempre digo que soy nacido y ´vacacionado´ en Ibiza, criado en Pozo Alcón, Jaén, y ´estudiado´ en Sevilla. Nací en Puig d´en Valls y me fui con seis años pero vuelvo todos los años de vacaciones. Mi padre tiene once hermanos trabajando en Ibiza. Además, una hermana de mi madre, mi tía Belén, tiene el Bowling Center de Platja d´en Bossa.

–¿Le gustaría que en ´Sálvame´ aparecieran otros rincones de la isla? ¿Que no sacasen solo planos de ses Salines o los puertos deportivos?

–Los programas de televisión venden el cachondeo, la fiesta y el glamour. La mayoría de los directos desde Ibiza se han hecho desde el Ushuaïa. Chicos y chicas despampanantes. Aunque recuerdo que Ariadna Artiles y Fonsi Nieto se casaron en una iglesia en Sant Miquel. Yo siempre digo que lo mejor de la isla está en el centro y en las calas perdidas. Para ver cachondeo, italianos con gafas enormes o italianas siliconadas puedes ir a cualquier parte. Los que buscan eso en Ibiza se pierden lo payés, que es lo mejor.