Paco Lobatón se convirtió en todo un hito en la década de los 90. Su programa 'Quién sabe dónde', de los primeros de telerrealidad, fue todo un éxito de audiencia entre 1992 y 1998. En él, se resolvieron infinidad de casos, un 70% de los 2.750 que se presentaron.

Ahora, con casos como el de Diana Quer o Marta del Castillo en el tintero, ha vuelto con el mismo formato a TVE, esta vez bajo el nombre de 'Desaparecidos'. Un 'remake' de lo que en su día fue uno de los programas televisivos de más audiencia, sobre todo con respecto al 'Caso Alcácer'. llegando a aglutinar más de 9 millones de espectadores.

Así pues, te detallamos los principales casos que el gran público nunca olvidará:

Las niñas de Alcásser

Uno de los principales casos que dio fama al televisivo espacio fue el terrible crimen de las niñas de Alcásser. Toñi, Desireé y Miriam se convirtieron en punto de mira de todas las cadenas de televisión en un año que las privadas Antena 3 y Telecinco se lanzaban a las parrillas después de años con solo canales públicos. Las jóvenes, que desaparecieron en noviembre de 1992, fueron encontradas muertas el 27 de enero de 1993, cuando el espacio de Lobatón ya se había lanzado.

El día que encontraron los cadáveres, el presentador se desplazó hasta al Ayuntamiento de la localidad valenciana donde hizo un especial. Además, intentó que los padres de las víctimas acudieran a 'Quién sabe dónde', algo que no consiguió, ya que tenía a las privadas compitiendo al mejor postor. Según ha contado el propio periodista a diversos medios, "el caso de Miriam, Toñi y Desireé lo seguimos desde el primer momento, teníamos una relación cercana con la familia y con la audiencia y recibíamos llamadas de la gente que aportaba datos verídicos a la investigación".

La desaparición de Anabel Segura

La desaparición de la joven de 22 años Anabel Segura, en Madrid, fue otro de los temas que lanzó al estrellato al programa, sobre todo porque gracias a una llamada recibida al mismo se consiguió resolver el caso. En 1995, la joven llevaba ya dos años desaparecida tras varios intentos fallidos de rescate. La familia y la policía recurrieron al programa como medida desesperada, y éste habilitó un teléfono para que la gente se pusiera en contacto si tneía pistas.

En un solo día recibieron hasta 30.000 llamadas, las que facilitaron el trabajo a los investigadores para resolver un secuestro que finalmente era un crimen, ya que la joven desaparecida había sido asesinada el primer día que desapareció. Emilio Muñoz Guadix, 'el churrero de Pantoja', y Cándido Ortiz Añón, 'Candi', fueron los asesinos de la chica, que murió tan solo seis horas después de ser secuestrada con la colaboración de la mujer de uno de ellos.

La llamada de un desaparecido

Uno de los momentos más impactantes el espacio fue cuando uno de los protagonistas llamó para decir que estaba bien. Gregorio Cobos Burguillo llevaba años desaparecido y la familia se puso en contacto con el programa para iniciar una investigación. La llamada dejó perplejo al presentador, sobre todo porque Lobatón no entendía nada al comprobar que la voz era de mujer. "Perdone, pero su voz no corresponde con alguién que se llame Gregorio", decía el conductor del programa ante las risas del público.

Años después, en diversas publicaciones, Lobatón reconocío que sí era el desaparecido, que había decidido dejar su casa y su familia para iniciar un cambio de sexo, ya que en la época no estaba bien visto. Lo que nunca se supo fue la reacción de la familia.

A través de su fundación

Ya en los últimos coletazos del programa, Lobatón se hizo con una caso de una niña de 16 años, Cristina, que desapareció en 1997. Hoy es el día en que sus padres no han podido saber nada de ella, siendo uno de los pocos sucesos que no se pudieron resolver con el programa. A raíz de esto, Lobatón decidió crear la fundación InterSOS, desde donde realiza también búsquedas de desaparecidos, aunque con algunos medios menos. Gracias a su labor, el Congreso de los Diputados declaró el 9 de marzo como Día de las Personas Desaparecidas sin Causa Aparente.