Yaima Ramos es una actriz cubana afincada en España desde hace más de quince años. Llegó a nuestro país cuando era niña, con tan solo diez años y vive en Madrid junto a su madre.

Acostumbrada a echar de menos a los suyos, que siguen viviendo al otro lado del charco, la actriz debuta en televisión con Mar de plástico, la serie que Antena 3 está rodando en Almería. En ella interpreta a Fara, una chica guineana que tiene mucho en común con ella, ya que ambas saben lo que es llegar nuevas a un país.

PREGUNTA: ¿Cómo es tu personaje?

YAIMA RAMOS: Mi personaje es Fara, la hermana pequeña de Khaled y llevo seis meses en España. Es una niña sensible, tranquila y tímida. Muy risueña y que se ilusiona fácilmente con todo. Una de las cosas que más me gustan de ella es que es capaz de ver la belleza interior de las personas. Si tiene algo que decir lo dice, aunque sea con dulzura y amor.

P: ¿Cómo te has preparado el personaje?

YR: Tengo unos cuantos amigos guineanos y antes de venir a Almería me fui un fin de semana a casa de uno de ellos a estar allí, escuchándoles y grabándoles. Al llegar a Almería me encontré a unos cuantos guineanos entre la figuración y les pregunté qué les parecía mi acento. Quiero hacerlo lo más creíble posible.

P: ¿Eres una de las sospechosas?

YR: Claro. En Mar de plástico lo más importante es que todo el mundo siempre tiene algo que esconder y todos somos sospechosos. A medida que avanza la trama se desvela un poco más.

P: ¿Te gustaría ser la mala de la trama?

YR: Esa es una pregunta trampa. Mi personaje me encanta porque es dulce y tranquila, pero es verdad que a todos nos gusta sacar siempre el lado malo.

P: ¿Tiene algo que ver contigo este personaje de Mar de plástico?

YR: Sí, lo primero en el tema de que echa de menos a su familia, es una chica que al principio no se adapta mucho al sistema Europeo. A mí me pasó lo mismo cuando llegué, tenía diez años y me pasó algo parecido. Echar de menos a mi familia es mi día a día. Fara se queda mucho en la inopia y en eso nos parecemos muchísimo porque yo me quedo en mi mundo.

P: ¿Cómo llegaste a esta serie?

YR: Con mi representante salía de un ensayo de baile y me dijo que tenía un casting. No estaba preparada ni me habían mandado el texto, al día siguiente me lo pasaron y fui. Para mí fue como la que va a comprar el pan y al llegar a casa tiene dos barras en vez de una, una sorpresa. Hice el casting y cuando pensaba que ya no iban a decirme nada me dijeron que sí. Lo mejor es que me cogieron con Will, que somos amigos desde hace muchos años y trabajábamos en la misma tienda. Que nos cojan como hermanos es brutal.

P: ¿Cómo os conocisteis tú y Will?

YR: Me va a matar si lo cuento (ríe). Nos conocimos porque hice un casting para el videoclip de Shakira y lo conocí allí. Él se acercó porqué le habían dicho que era un casting de modelaje y necesitaba que alguien le enseñase a bailar. Lo siguiente fue encontrarnos en la tienda. A partir de ahí mucha conexión.

P: ¿Qué experiencia tienes como actriz?

YR: En la interpretación he estado con Javier Manrique en La Base, he hecho cursos con Santiago Zannou y con Cristina Rota.

P: ¿Este es tu debut en televisión?

YR: Sí, hice el anuncio de la lotería de navidad con Santiago Zannou y ya está. Es mi debut después de estar mucho tiempo estudiando. Vengo de calle y sacada de nueva.

P: ¿Te ha impactado este mundo?

YR: He aprendido cosas que no sabía y me ha impacto el ver que los actores estamos locos. Me encanta interpretar. Te conviertes en otra persona y cuando dicen corten a veces no soy capaz de quitarme el acento.

P: ¿Te cuesta el acento andaluz?

YR: No, no me cuesta porque mi mejor amiga es andaluza y Andalucía me encanta. Pero el acento que pongo es guineano, no es andaluz.

P: ¿Qué actriz tienes como referente?

YR: Una de mis actrices favoritas es Angelina Jolie. Entre las españolas para mí Andrea del Río es una crack, se lo confesé en cuanto la vi, tuve mi momento fan. Me gusta Penélope Cruz.

P: ¿Viajas mucho a tu tierra, a Cuba?

YR: No, llevo dieciséis años sin ir. No he tenido el tiempo y tampoco se ha dado la circunstancia.

P: Las perspectivas de país parecen ir a mejor...

YR: Sí, va bien. Parece que las cosas están cambiando, a ver si es verdad. No puedo decir mucho porque no lo vivo de primera mano. El día que se dijo que se iba a quitar el bloqueo lloré de alegría. Puede ser el inicio de que Cuba forme parte del mundo y no una isla atrapada en el tiempo.

P: ¿Estás sola en España?

YR: Estoy aquí con mi madre, ella me trajo y no puedo tener un sol más grande que ella.

P: ¿Le costó traerte de allí?

YR: No, no me acuerdo mucho del proceso. Una carta de invitación, tarde seis meses en venir, a mi madre no le pusieron muchas trabas.

P: ¿Cómo fue ese choque de culturas al llegar a España?

YR: La llegada fue un poco rara porque hay cosas que en Cuba no hay. Tenía diez años y flipé viviendo el papel albal, a mi madre le gasté el rollo entero en un día. Al principio era todo raro, no me encajaba el cruzarte con alguien por el portal y tener que saludarle. Ahora lo hago sin problema pero al principio no entendía por qué había que saludar si no le conocía.

P: ¿Vives en Madrid?

YR: Vivo en Madrid pero no me gusta el centro porque me agobio. Vivo en las afueras.

P: ¿Cómo crees que vas a llevar que la gente te conozca?

YR: No quiero pensarlo mucho. Si es el precio que tengo que pagar para hacer lo que me gusta pues adelante. He congeniado mucho con Jesús Castro porque tenemos muchas secuencias juntos y él se identifica conmigo y yo me fijo en él.

P: Igual acabáis siendo pareja en la vida real...

YR: No (ríe), le quiero mucho y es un amor de niño. Trabajar con él en Mar de plástico es un gustazo porque te ayuda mucho.

P: ¿En qué has trabajado hasta llegar hasta aquí?

YR: Acabo de cumplir veintiséis años y toda mi vida me he dedicado a ser artista sin darme cuenta. Hacía cosas que un amigo mío que es actor me decía tú más que bailarina eres actriz. Lo que hacía era bailar, me apasiona. Bailo salsa, hip hop y hasta estoy aprendiendo flamenco.

P: Estabas de dependienta en una tienda, ¿Te has despedido?

YR: Sí, y con dolor, me costó. Lloré y todo, soy muy llorona. Estaba trabajando en una tienda y era relaciones públicas en una discoteca. Cuando tuve que despedirme de todos fue como dejar un cachito.

P: A veces la fama te hace cambiar, ¿Te da miedo?

YR: Me lo he planteado. Soy una persona que piensa mucho lo que hace y lo que dice porque me gusta hacer las cosas bien. Lo he pensado, no puedo prometer que no vaya a cambiar, pero yo voy a ser como soy.