Los representantes de un centenar de entidades asistieron a las inauguraciones del Museo que se sucedieron en el día de ayer. Y es que la escasez de espacio y el hecho de que el recorrido comience en el ascensor no aconsejan grandes aglomeraciones de gente. «Es un honor para una ciudad tener un Museo. Se ha hecho con muchísimo cariño, con muchísimo rigor», afirmó la Alcaldesa durante la presentación, y destacó tanto el trabajo de los hermanos De la Madrid como el de la empresa responsable de los contenidos, Proasur, cuyo director creativo, Jesús Díaz, participó también en la presentación. También tuvo palabras para los arquitectos que iniciaron el proyecto, Jorge Hevia y Cosme Cuenca, que hicieron el trabajo en el marco de un convenio urbanístico acordado por el Ayuntamiento y la empresa Proiecto.

El Museo de la Historia Urbana de Avilés desgrana los contenidos tanto para los avilesinos como para los visitantes, según destacaron sus responsables. Además, los contenidos están traducidos al braille y al inglés. Y las piezas más próximas en el tiempo acaparan la atención de quienes vivieron los años que representan, como la foto de la visita de Franco a Llaranes o el sorteo de pisos «Tocote o Tocarate».

La inauguración de ayer fue un día especial para estas y otras personas implicadas de distinta forma en la consecución del proyecto. Así, no faltó el concejal de Cultura, Román Antonio Álvarez, pese a que la apertura coincidió con el día del nacimiento de su primer nieto. También estuvo el edil Juan José Fernández, de IU, quien, durante sus años como concejal de Cultura, dejó sentadas las bases del equipamiento. Concejales de diversas corporaciones, el ex director del Teatro Palacio Valdés, Antonio Ripoll, el presidente de la Escuela de Artes y Oficios, Luis Rodríguez, el ex director de la Escuela de Cerámica Ramón Rodríguez y otros representantes culturales, empresariales y vecinales recorrieron también los tres pisos de historia.

A continuación, la comitiva se desplazó al edificio anejo, la antigua Escuela de Cerámica: ambos edificios están conectados a través de un ascensor que salva las diferencias de nivel. Allí puede visitarse desde ayer la exposición fotográfica «Avilés 1979-1989: Transición, transformación», de Nardo Villaboy. Las imágenes se completan con maquetas de Ensidesa. Esta sala, dedicada a exposiciones temporales, queda así integrada en el Museo. En la jornada inaugural, el Grupo Filatélico Avilesino instaló una estafeta postal con matasellos conmemorativo. Esta muestra, que abre con una imagen de la toma de posesión de la primera corporación electa, podría visitarse hasta el 6 de septiembre.